Muere en La Habana el cantautor Polo Montañez
El cantante fue despedido por una multitud de seguidores, entre ellos Abel Prieto, el ministro de cultura de Cuba.
Los funerales de Polo Montañez se celebraron en Sierra del Rosario, población de la provincia de Pinar del Río, en la zona oeste de Cuba, de la que era original el artista. El director de Cultura en Pinar del Río, Lázaro Alvarado, describió a Montañez como un ?guajiro (campesino) legítimo y natural que supo captar la esencia de lo cubano unido a todas las influencias que pudieron marcar su creación, que anhelaba escuchar el canto de los pájaros y respirar el aire puro?, según declaraciones hechas a EFE.
Polo Montañez (su nombre verdadero era Fernando Borrego Linares), de 47 años, saltó a la fama en el año 2000 gracias a su disco Guajiro Natural, grabado por el sello francés Lusáfrica, que obtuvo ventas espectaculares en varios países de Latinoamérica especialmente en Colombia donde fue disco de platino y estuvo dentro de los discos más vendidos del año. Este es un dato muy significativo en un país en el que la piratería musical roza el 75% y en el que frente a las 60 mil copias legales vendidas del álbum, se calcula que se vendieron unas 150 mil más en el mercado pirata.
El crítico cubano Sergio Bedriñana recuerda así al cantante, en las notas de su primer álbum: "Polo tiene unas 70 canciones 'escritas' sólo en su memoria, pues este cantautor no posee ninguna formación musical o académica...carece de conocimientos en cuanto a la escritura musical. ¿Pero cómo dirige entonces su grupo musical si no tiene conocimientos de música? -cantando. Sí, sencillamente así: su grupo sigue el timbre de su voz como una versión tropical de El Flautista de Hamelin".
LOS40
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El artista, nacido en 1955, hacía gala de un personalida cálida y entrañable. Era el menor de una familia de 11 hermanos, todos en menor o mayor grado involucrados en la música. Polo inspiraba sus composiciones en las fiestas tradicionales campesinas de su region natal sin dejar de lado temas románticos. Una de sus grandes virtudes fue transformar su realidad cotidiana en poesía, y sus poemas en música de rebozante vitalidad.
