Sigue adelante acompañado por lo mejor de antes
Interrumpiendo su eterno vagar entre los difusos límites de la poesía, Antonio está de vuelta en la urbe con un disco destinado a curar heridas del alma. ¡Canciones, por Dios, canciones! Y Antonio las tiene todas buenas. De cuando Nacha Pop, en solitario, viejas y nuevas ... Todas revestidas con un traje acústico que a Antonio le queda como un guante. El compositor y cantante, acompañado por un escueto combo de excelentes músicos, está inmenso de voz, como si los matices de garganta, que suelen huir cuando uno le da mala vida al cuerpo, estuvieran decididos a no abandonarle nunca, a no permitir que quede en evidencia. Es difícil establecer preferencias en cuanto a los hermosos momentos musicales que contiene este disco. Merece la pena volver a escuchar Atrás, canción perdida de Nacha, o Una décima de segundo, sin duda una de las creaciones más inspiradas de Vega. Incluso Chica de Ayer vuelve a refulgir al calor de una insólita mandolina interpretada por Carlos Raya. En cuanto a las novedades, San Antonio y Materia oscura, son grabaciones de estudio que participan del espíritu liviano del resto de los temas. Pero, sobre todo, indican que Antonio Vega, como el movimiento de los cuerpos celestes, no se detiene nunca.












