Ni tan niña ni tan mujer
Tamara acaba de cumplir 18 años y vuelve al mercado discográfico con 'Abrázame', que ya ha sido nº 1 en la lista de ventas española
QUE FUERA MENUDAS ESTRELLAS Y NO OPERACION TRIUNFO EL PROGRAMA QUE DIERA LA PRIMERA OPORTUNIDAD A TAMARA HA MARCADO SU CARRERA. Otro gallo le hubiera cantado a esta joven sevillana, porque su trayectoria habría sido muy diferente. Ahora, un lustro después de aquella aparición televisiva a lo Pocahontas, Tamara lanza su tercer disco tras vender más de un millón de copias entre los dos primeros. "Me he puesto el listón muy alto, es cierto, pero eso a mí me gusta. No tengo miedo. El pánico lo sentí antes de lanzar el segundo, porque no sabía cuál iba a ser la reacción tras la sorpresa de Gracias. Pero ahora me siento más segura porque estoy convencida de un trabajo mimado, que me ha llevado su tiempo", dice.
En este tercer disco, Abrázame, Tamara se mantiene dentro de su línea romántica, pero se acerca más a la balada y se aleja del bolero. "Sólo hay dos, pero no es porque ya no quiera seguir por ahí, sino porque la música romántica tiene muchas variantes, y quiero explorarlas todas. Es otro palo. Ahora es el momento: hay más madurez, sobre todo personal, y el disco roza la perfección. Me ando con pies de plomo, pero intento mejorar cada día, que de eso se trata. Quería demostrar que se podía hacer aún mejor". Tamara no tiene inconveniente en decir que, con los 18 recién cumplidos, se siente una mujer. "Estoy feliz, segura y cada día más perfeccionista. Mi forma de cantar y de interpretar ha cambiado a lo largo de los años, fruto de las tablas. Aún no he descubierto hasta dónde soy capaz de llegar, pero ya se verá", asegura mientras advierte que mima su voz aunque no se resiente fácilmente. "La cuido muchísimo porque sufro muchas alergias. No bebo frío, no ando sin bufanda... He llegado a tener cinco conciertos consecutivos, y en esas rachas no hablo en todo el día hasta una hora antes de empezar, para calentar la voz". En sus palabras se nota que el perfeccionismo que comentaba no es hablar por hablar. "He descubierto que este trabajo es más duro de lo que imaginaba, pero es lo que me gusta, así que lo llevo bien". Eso sí, tiene nueva imagen, "más cañera, más sexy, más dura", y se refleja también en su música, "pero no hago nada de discoteca ni cosas así, ¿eh?", aclara.
Su público fiel la espera. "Cada vez es más difícil mantenerlo. El cupo de los seguidores incondicionales es cada vez más amplio, pero hay que currarse mucho, a los otros y a ésos". Vuelve a insistir en el aumento de su perfeccionismo, e incluso va más allá. "No tengo metas, soy cada vez más ambiciosa. Creo que se debe a que me siento bien, soy feliz. Estoy en mi mejor momento, y nunca he sido más feliz, en todos los sentidos".
Con sus 18 años recién cumplidos, este año podrá acudir a las urnas por primera vez, un ceremonial con el que no se vuelve loca pero que llevará a la práctica. Pero no es el motivo principal de su felicidad. Es la madrina de un nuevo miembro en su familia, que sólo tiene nueve meses y del que dice sentirse una mezcla entre madre y hermana. Y está enamorada. "Algo hay por ahí, algo hay", dice entre risas, algo tímida. Aunque, para terminar, sale a relucir el nombre de Enrique Anaut, un triunfito que fue su corista dos años. "Más bueno mi niño... Hace mucho tiempo que no hablo con él". ¿Crees que tiene posibilidades? "No sé, quiero hablar con él a ver qué proyectos tiene". Ella sabe que las cosas dependen de uno y su trabajo.
