Biografía Mike Oldfield

Oldfield, hijo de un médico, nació el 15 de mayo de 1953 en Reading, Berskshire, y comenzó su carrera musical con 14 años, cuando formó un dúo folk con su hermana Sally. El novio de ella le había enseñado a tocar la guitarra folk. "Era impresionante lo que hacía aquel chico con la guitarra, tocaba a la vez el tema principal y la melodía de fondo, pellizcando las cuerdas". Su disco de debut, Sallyangie, se publicó un año más tarde.

Con 16 años, Mike Oldfield ya estaba tocando el bajo con Kevin Ayers (que sería miembro fundador del revolucionario grupo psicodélico The Soft Machine), y con su grupo, The Whole World. Oldfield grabó una serie de maquetas que se convertirían más tarde en Tubular bell, pero habían sido rechazadas por todas las grandes compañías.

Gracias a un joven empresario llamado Richard Branson, consiguió una semana de estudio gratis en los estudios The Manor en Oxfordshire, donde grabó la primera mitad de Tubular bells. A Branson le gustó lo que escuchó y le dio más tiempo para terminar el álbum. Y después publicó el álbum en su nuevo sello Virgin Records. Tubular bells (1973) fue un enorme éxito. Oldfield se vio de pronto convertido en una estrella del pop.

Directo

LOS40

LOS40

Reproducir LOS40

"De pronto yo era el centro de atención. Traté de evitarlo y me compré una casita en la ladera de una colina en Gales, en la frontera galesa, y viví allí con un montón de ovejas. Aquella casa era increíble, era como una choza", recuerda Mike. "Cada vez que soplaba el viento, la alfombra salía volando. Y, Dios mío, cómo soplaba el viento en aquella montaña..."

Pero la inagotable creatividad de Mike no se detuvo. La cumbre de la montaña fue la inspiración para su siguiente álbum. Hergest ridge, publicado en 1974, era una cambiante colección de estados de ánimo, que preparó el camino al movimiento musical de la new age y desbancó a Tubular bells de su puesto a la cabeza de las listas británicas de álbumes.

En 1975 volvió a encabezar las listas con otra grabación revolucionaria, Ommadawn, que anticipaba dos movimientos musicales posteriores: world music y ambient.

Durante el resto de los 70 y los 80, el prolífico Mike Oldfield siguió desconcertando y deleitando a críticos y fans con un álbum magnífico detrás de otro. En 1978, su disco Incantations inauguró la explosión de la música disco con su single Guilty, al igual que con Platinum, en 1979.

En 1980, con QE2, Oldfield tomó una dirección más pop, versionando Arrival, de ABBA. Los álbumes siguientes, Five miles out (1982)Crises (1983), en el que estaba la inolvidable Moolight shadow, ua de sus canciones más populares, Discovery (1984), Islands (1987) y Earth moving (1989), fueron igualmente populares.

Fuera del mundo de la música, la capacidad de creación de Oldfield seguía brillando. En 1978 actualizó la sintonía de Blue Peter, el eternamente popular programa infantil de la BBC. En 1984 compusó la partitura de la conmovedora película de Roland Joffe The killing fields (Los gritos de silencio), producida por una leyenda del cine británico, David Puttnam. "Una historia increible de lealtad y sufrimiento", explica Mike refiriéndose al filme. "David Puttnam me sirvió de inspiración".

Amarok (1990) y Heaven's open (1991) fueron sus últimos trabajos con la multinacional Virgin, antes de firmar un nuevo contrato con otra de las grandes discográficas: Warner Music. Mike Oldfield volvió a Tubular bells ya en 1992, con su nueva disquera, y publicó Tubular bells II, grabado en Los Angeles y presentado durante un explosivo concierto en el castillo de Edimburgo, que culminó con una exhibición de fuegos artificiales y que fue transmitido por televisión al mundo entero.

En 1994 grabó y editó el álbum Songs from distant Earth, en el que el músico inglés dejó entrever por primera vez su fascinación hacia el mundo de las nuevas tecnologías al lanzar dentro del disco una especie de videojuego en realidad virtual. Era sólo para usuarios de Mac.

A mediados de los 90, Mike se trasladó a Ibiza, diseñando y construyendo él mismo una casa en lo alto de un acantilado. En 1996 lanzó Voyager, cuya foto de portada estaba sacada desde su casa ibicenca. Se convirtió en un habitual en algunas de las principales discotecas de la isla, como Pachá, donde solía ver a DJ Pippi pinchando. "Acabé entrando en su cabina, le dije quién era, me senté y pedí una copa. No era muy típico en mí eso de ir a una discoteca, me sentía más bien raro", asegura. Más adelante Pippi colaboró con Mike en su álbum de 1999 The Millenium Bell, que Mike interpretó en Berlín durante las celebraciones del año 2000. "Conocerle fue un auténtico placer", dice Pippi ahora. "Siento mucho respeto por él y por lo que ha hecho en su vida".

Tubular bells III tenía una marcada influencia de la música de discoteca. Oldfield absorbió la cultura club de la Ibiza y la reinterpretó a su estilo. Siguió después un mítico concierto en Londres en Horse Guards Parade. "¡Y la gente bailando en el Horse Guards Parade", sonríe Mike, "¡mientras llovía a cántaros!?

En 2002 Mike terminó de desarrollar un juego no competitivo de realidad virtual llamado Music VR, que se publicó junto con su álbum Tres lunas, el primero como artista español, ligado contractualmente a la filial nacional de Warner, Warner Music Spain. De nuevo se percibía una sutil influencia de Ibiza, en un álbum que redefine los estilos chill out de la isla con el toque inimitable de Oldfield.

Mike Oldfield ha disfrutado de una carrera trascendental. Y 30 años después de su primer clásico, es el momento adecuado para reinventar Tubular bells, el original. Como testimonio del alcance de aquel álbum, en el pasillo de su estudio puede leerse una carta enmarcada del Primer Ministro Británico Tony Blair, en la que le agradece el envío de una colección de CDs en la que se incluye Tubular bells, "uno de mis discos favoritos de todos los tiempos", según dejó patente el político.

Esa eterna capacidad de asombro y de creación es lo que ha hecho de Mike Oldfield el gran músico que es hoy en día. "Tengo una idea y pienso: Puede ser divertido, me lo voy a pasar bien. Y me lanzo a ello", explica. "Siempre trato de encontrar algo que no está ahí, intento algo diferente, algo nuevo".

Y ahora que Tubular bells ha entrado en el siglo XXI, ha llegado el momento de que el mundo vuelva a enamorarse de un clásico con Tubular bells 2003.

Tubular bells 2003, reviviendo la historia de su obra maestra

Imagina que estamos en 1972. El mundo es un lugar muy diferente. No existe Internet ni teléfonos móviles. El año 2000 se considera un lejano futuro de ciencia ficción. Ni acid house, ni new age, ni new labour, todo eso todavía está por llegar. Y mucho menos la PlayStation 2, ni siquiera han aparecido los Invasores del Espacio.

En algún lugar del sur de Inglaterra, un joven cargado de talento, un prodigio musical de 19 años, consigue que le dejen trabajar en un estudio. Tocando hasta 30 instrumentos, compone e interpreta un álbum instrumental que anulará los límites entre el rock, la psicodelia, la música clásica y la vanguardia. Publicado en 1973, al mismo tiempo que el mítico Dark side of the moon, de Pink Floyd, este disco transformará la música popular. El nombre del genio es Mike Oldfield (Reading, Inglaterra, 1953). El disco es Tubular bells.

La primera publicación de Tubular bells (1973) bajo el sello Virgin propiedad de Richard Branson, se convirtió en uno de los hitos en la historia de la música pop. Estuvo durante años en lo más alto de las listas, y fue el predecesor del ambient, el new age y el techno. Se comercializaron más de 16 millones de copias en todo el mundo. ?El disco fue siempre un género en sí mismo?, dice Mike Oldfield ahora. Desde entonces, Tubular bells ha influído sobre una amplia variedad de músicos.

Tubular bells es una pieza musical hipnótica, muy contagiosa,? afirma Chandrasonic, guitarrista de Asian Dub Foundation. Tubular bells es para mí la versión acústica de Autobahn, de Kraftwerk", dice Phil Hartnoll, del mundialmente famoso dúo electrónico Orbital. ?Se me quedó grabado en la memoria cuando tenía 10 años. Era un preadolescente y ya empezaba a disfrutar de la música de los mayores. Tanto atrevimiento, tanta noveda... ¿qué era eso de que un álbum tuviese sólo una canción? Cosas como aquélla nos enseñaron cómo componer música instrumental sin que fuera música clásica".

Tubular bells fue también un disco clave en la juventud musical de DJ Pippi, de Ibiza. "Cuando lo escuché por primera vez era muy joven, pero me sentí muy atraído por este sonido. Fue un momento muy importante para el desarrollo de la música electrónica y acústica. Y un momento muy importante en mi vida, aseguró el pinchadiscos.

Tubular bells es único en la historia de la música pop por sus complejos arreglos y ese estilo sinfónico que es capaz de pasar de momentos alegres y energéticos hasta pasajes oscuros y amenazadores, y todo ello prescindiendo de tambores, de letra, y de cualquier elemento reconocible de la tradicional composición de canciones.

Pero Mike Oldfield siempre ha querido volver a grabarlo. Sentía que al álbum le había perjudicado la limitada tecnología de los estudios de aquellos años. "Cada vez que escucho la versión original encuentro errores", explica. Hasta hace poco tiempo, una cláusula en su contrato le impedía cambiar esta versión durante 25 años.

"Sabia que Tubular bells era un disco perfectamente adaptable a los sorprendentes recursos de la actual tecnología de grabación. Ahora, esta brillante nueva versión es casi como un disco completamente nuevo. El disco iba cobrando vida propia mientras trabajaba en él", dice Mike. "Es casi como si ahora fuese otro disco".

En el álbum original, Viv Stanshall repasaba de forma surrealista la nómina de instrumentos del disco. En la nueva versión, la lista ha sido regrabada por el actor británico, John Cleese, que parece un profesor de una excéntrica escuela pública pasando lista a los instrumentos, dando un nuevo toque de humor a frases tan famosas como "¡grrrrand piano!", o la clásica: "two slightly distorted guitars!" (¡dos guitarras ligeramente distorsionadas!).

"John Cleese me parecía la persona adecuada para representar esa capacidad de cambio que tiene el disco, muy al estilo Monty Python", sonríe Mike. "Primero escuchas un bello pasaje pastoral, luego viene un momento salvaje, luego te parece estar en un piano bar. Hay un continuo cambio de estilo, cada vez es algo completamente diferente".

A pesar de sus trabajadas melodías, Tubular bells no fue uno de esos experimentos cursis de la new age. Sacado fuera de contexto, su tema central era tan inquietante que se convirtió en el tema musical de un clásico del terror, El exorcista, de William Friedkin, que quizá sea la película más aterradora de todos los tiempos. Ese sencillo motivo de piano se ha utilizado desde entonces en casi todas las películas de terror.

Esto se debe a que Tubular bells es un álbum tan lleno de luces como de sombras. "Hacer este disco fue un asunto de vida o muerte", dice Mike ahora. Para él, el disco significaba poder huir de una familia complicada. "Me encontraba en un estado psicológico lamentable. Si no me hubiese dedicado a la música, me hubiera convertido en un paranoico", afirma Mike. "La música era el único lugar en el que me sentía tranquilo y protegido".

Discografía de Mike Oldfield:

- Tubular bells (1973)

- Hergest ridge (1974)

- Ommadawn (1975)

- Incantations (1978)

- Exposed (1979)

- Platinum (1979)

- QE2 (1980)

- Five miles out (1982)

- Crises (1983)

- Discovery (1984)

- The killing fields (1984)

- Islands (1987)

- Earth moving (1989)

- Amarok (1990)

- Heaven's open (1991)

- Tubular bells II (1992)

- Songs of distant Earth (1994)

- Voyager (1996)

- Tubular bells III (1998)

- Guitars (1999)

- The Millennium Bell (1999)

- Tres lunas (2002)

- Tubular bells 2003 (2003)

Warner Music Spain/los40.com (ES)