'Lullabies' electrónicos
Los gallegos presentaron en Madrid los temas de su último trabajo discográfico, <i>Relax</i>
El concierto de ayer de Piratas no fue la cita de sudor y saltos que nos habían vendido hasta la fecha, pero es que su nuevo trabajo discográfico, Relax, tampoco es un disco a los que nos tienen acostumbrados. Iván Ferreiro y compañía llenaron anoche una Riviera dispuesta a dejarse convencer con algo más que Promesas (que sí, también sonó en la velada madrileña). Los gallegos se han atrevido a cantarnos nanas electrónicas y lo hacen (tal y como se vio ayer) con todas las ganas y el orgulloso de ser "diferentes". Y es que el quinteto sabe que sus fieles tienen los oídos abiertos para cualquier posible giro de tuerca que quieran hacer y no piden permiso para conjugar las guitarras con los cables que hagan falta, por ejemplo.
Gracias a esta filosofía del trabajo los de Vigo hicieron acopio de material (porque Relax fue el máximo protagonista del show, pero no el único) e intentaron que la "conversación" que mantenían con los allí congregados fuera algo más que el vaivén de miles de algas en el fondo del mar. Así, entre nuevos cortes como Ansiedad o Inerte (que abrieron el espectáculo), se atrevieron a dinamitar la mezcla con clásicos como Fecha caducada, M o Filofobia, que lograban encender los humos de un personal. Mientras sonaba Relax, todos escuchaban, miraban los ojos cerrados y los movimientos arrítmicos de Iván. Mientras sonaban sus hits anteriores, la masa olvidaba el tarareo relajado que acababa de oír y llegaba la locura.
"¿Os aburrís?", gritó el cantante de Piratas en el cénit de la actuación. Ferreiro quería saber si sus seguidores estaban dispuestos a continuar asimilando más dosis de sus recién estrenados temas y consiguió por respuesta lo que quería oír: un no prolongado y rotundo. El caso es que por dejarse llevar o con la voluntad de quien desea continuar siendo mecido, las palabras de los fieles dieron lugar a Mirna, el penúltimo corte de Relax. Éste no fue el único momento en el que el respetable tomó voz (en el sentido más literal del término) y parte de lo que sobre las tablas estaba sucediendo. Dos recuerdos de la noche: los coros a un solo grito del estribillo de quizá uno de los mejores temas de la banda, Filofobia, y la conclusión de la letra de Promesas parafraseando el tema de El Ultimo de la Fila, Insurrección.
De este modo, entre besos de rock, como dice uno de sus nuevos temas, Reiniciar, y, sobre todo, arrullos con enchufe, los vigueses presentaron un Relax batido con recuerdos de tiempos pasados, que, cosas de la vida, no tienen por qué ser mejores (ni peores).