Crónicas de un cuarentón
Más que nunca, Ariel se mira al espejo. Y ve la deliciosa rutina de la vida en pareja (a ritmo ska), la experiencia de ser padre primerizo (con melodía Byrds), la herida por la pérdida de su amigo Julián (arrebatador pieza dylaniana), la nostalgia de las giras desbarrantes... Son las crónicas de un rockero cuarentón todavía con mucha energía, y con la humildad de caminar erguido cuando la traidora ola del éxito ya pasó. Un disco fronterizo que se cierra con una tabernaria pieza porteña: Calamaro, Chango y Ariel. Peligroso trío.