Un vendaval sonoro
El cuadro es el siguiente: un quintento de jóvenes punkies canadienses capaces de conjugar la rabia de Linkin Park con el envite melódico de Green Day, amantes de las juergas, las rubias neumáticas y las pelis de serie-b, se encarga de elaborar un trabajo capaz de dinamitar las listas de éxitos de medio mundo conocido. Simple Plan surgen como un vendaval sonoro, recuperan el espíritu del 77 y se acercan a propuestas semejantes a las de Sum 41 o Blink-182. Un disco ideal para acompañar la fiesta más salvaje.












