Para no olvidar
El artista de Medellín (Colombia) ofreció en el Conde Duque madrileño una noche de ensueño
En la rueda de prensa ofrecida un par de días antes del concierto, un periodista le preguntó a Juanes su opinión sobre el escenario del Conde Duque. ?Mágico?, fue su respuesta. Sin saberlo, el artista de Medellín (Colombia), y al mejor estilo Nostradamus, anticipaba con sus palabras lo que terminaría siendo una noche de ensueño. Magia y música bailaron pegadas bajo una atmósfera en la que 2.700 personas agotaron localidades para disfrutar del primer concierto de la nueva gira española del autor de A Dios le pido.
Cada visita de Juanes a España se está convirtiendo en una grata sorpresa. Cada vez se le conoce mejor y los temas de su nuevo disco Un día Normal no dejan de sonar en las radios españolas. Si a eso sumamos, un Premio de la Música en 2002, tres Premios Amigo este año y cinco nuevas nominaciones a los Grammy Latinos (ya tiene cuatro estatuillas en su cuenta particular), nos encontramos con un artista que pone de acuerdo a polos normalmente irreconciliables: no sólo goza de fama dentro de la industria y la crítica, sino que goza de amplia aceptación dentro de un público que disfruta con esa singular mezcla de rock latino y ritmos tradicionales andinos. Todo esto en un lapso que no supera los dos años. Si bien es cierto que en su tierra natal era muy conocido gracias a su papel de voz y guitarra lider en la agrupación de rock Ekhymosis, con quienes estuvo 15 años, el resto del mundo sólo tuvo noticias suyas en el año 2001 a través de su primer álbum como solista Fíjate Bien (que recibió 7 nominaciones a los Grammy Latinos), nombre que se consolidó con Un día normal, álbum que supera el millón de copias vendidas en todo el mundo, 180.000 de las cuales se han quedado en manos del publico español.
Vestido con una camisa blanca, peinado como el más educado de los niños buenos y poseedor de una cautivadora sonrisa que con solo insinuarse ya arranca los gritos de las féminas, el sonido Juanes abrió el concierto con los acordes de Fíjate Bien, éxito de su primer disco en el que el artista clama por la paz, por el fin de las minas antipersonas y la protección de los niños como garantía de un mejor futuro. Juanes es motor y ancla de un barco en el que convergen extremos opuestos, rabia en su rock y cordura en sus temas más pop, fuerza en el arrebato ocasional de sus guitarras -herencia de su anterior banda- y calma en su grito por la paz. Una de sus canciones Solo, fue precedida por la proyección en pantalla gigante de una frase que apareció palabra por palabra y que el público fue recitando en voz alta como si de una clase infantil se tratara: ?Dedicada a todos aquellos soldados y policías que luchan para entregarnos una Colombia en Paz?. Tras el atronador aplauso, más música.
Juanes ofreció piezas como La historia de Juan, un desgarrador relato de los niños de la calle que contrasta casi de forma violenta con la dulzura y suavidad del ritmo que la acompaña, el bambuco, un género pausado y muy rico en armonías que es considerado como la verdadera música nacional de Colombia. Sus temas más coreados fueron los más recientes Es por ti, Mala Gente, La Noche, A Dios le pido (que coincidió con una lluvia de corazones de papel lanzados desde un cañón a pie de escenario), y La Paga, con el que se despidió del público tras noventa minutos de espectáculo. Antes, la canción Fotografía, significó la aparición en escena de Susana Alva, cantante líder de Efecto Mariposa (agrupación que sirvió de telonera tanto en Madrid como en Barcelona), quien no dudó un instante en decir que cantar a dúo con Juanes era para ella un sueño hecho realidad.
El orgulloso acento ?paisa? del artista, su actitud descomplicada y a la vez comprometida ante el amor, las mujeres y la vida; la gran letra ?J? tatuada en su brazo izquierdo para rememorar la unidad familiar con su padre y sus hermanos, su ambición de seguir triunfando ?en español? y su sueño manifiesto de conocer a los integrantes de U2, hacen de Juanes un artista de carne y hueso, con las mismas necesidades que cualquiera de nosotros. Juanes habla con una sinceridad que rompe puertas y destroza los esquemas de un ídolo del pop, algo que sorprende aún más en un artista con más de 15 años de carrera, que ahora mismo se codea con los más grandes de su género. En España ya grabó un dúo con Ketama, prepara otro con Rosario y sueña con cantar al lado de Silvio Rodríguez. Pero ¿debe esto sorprendernos de una persona que llama a sus guitarras Alicia (que es el nombre de su madre), a otra Luna y a otra Estrella. Cosas como esta le acercan de forma excepcional al corazón de sus fans sin restarle un ápice a su gran dimensión como guitarrista, cantante y compositor.
Su directo emana una alegría contagiosa y desborda en fuerza y sinceridad. Se echó de menos que sacrificará el sonido auténtico del acordeón por sonidos grabados de sintetizador, pero puestos a gozar, al público le da igual. Juanes dejó las puertas de Madrid abiertas para su regreso y cuando vuelva, lo hará para triunfar, porque ahora mismo es su lenguaje natural de comunicación. Lo del Conde Duque, magia o realidad, fue para no olvidar.
