Líricos sin ornamentación
Tras algunos discos tan impecables como poco elogiables (reconozcámoslo, Simple Pleasure o Can Our Love ... no estaban a la altura de lo esgrimido por los Tindersticks teatrales del principio), los de Stuart Staples se desprenden de la excesiva ornamentación que los llevó a atascarse en aquella ciénaga de color café que quedaba a medio camino entre la casa de madera Otis Redding y el motel de seda de Marvin Gaye. Vuelve la inquietud lírica y el pop de aspiración depresora, para gozo de los corazones desangelados.