La nueva sensación
Con su segundo álbum, homónimo, Stacie Orrico ofrece ritmo, voz y figura antes de cumplir la mayoría de edad.
OTRA NIÑA PRODIGIO Desde Marisol a Avril Lavigne, o a Alizèe, o a nuestra Melody, la adolescente cantarina es un género habitual dentro del panorama de la farándula. En Estados Unidos son especialmente sensibles en este capítulo, con una legión de productores de postín a la caza de la voz que catapulte sus trabajos al gran público, habitualmente receptivo con este tipo de apuestas. Con los rasgos italianos y la exuberancia sonora de Stacie Orrico (Seattle, 1986) han encontrado un filón.
La historia comienza en 1998. Con 12 años, la infantil Stacie se presenta a un concurso de cazatalentos, exclusivamente por diversión. Ya cantaba en la iglesia y en la escuela, pero no se imaginaba una carrera en el espectáculo (y casi en ningún otro sitio, a esa edad). "Siempre me encantó cantar, pero no me criaron en un hogar entre bambalinas, y mis padres son lo más alejado que puede haber de padres artistas", comenta Orrico que, tan pronto se hizo con el primer premio, encontró entre el jurado a su primer mecenas. Dos años más tarde, con 14, Stacie publica su primer álbum, Genuine, que alcanzó el número uno de las listas Billboard Heatseekers y la cifra de 500.000 copias vendidas. El salto a la fama estaba servido.
En 2001 fue telonera de las Destiny's Child. "Me enseñaron mucho. Tuve el privilegio de ir de gira con ellas en uno de los puntos más álgidos de sus carreras. Y allí estaban ellas, en la cima del mundo; sin embargo, yo pude observar como todavía se tomaban su tiempo para ir a hablar con los fans, y escuchar al público, y nunca actuaban hastiadas". En su periodo de formación en el espectáculo, la joven Orrico nunca se ha alejado del éxito ni de las buenas compañías, como la explosiva Beyoncé, que también emprende aventura profesional.
LOS40
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2003, segundo trabajo. Nuevos retos. A nadie escapa que Stacie Orrico no es una chica de 17 años al uso. Ya no se trata del disco de oro que cuelga de sus paredes ni de que se exprese mejor que sus amigas: la nueva promesa-realidad de Seattle demuestra gran madurez en sus declaraciones y sus letras. Como en Stuck (atrapada), el pegadizo primer single de su segundo trabajo (primero a gran escala): "Hay tantas personas, especialmente chicas jóvenes, que se involucran en relaciones en las que no les tratan muy bien, pero acaban estancándose en ellas porque encuentran cierta seguridad en tener un novio, y quizá nunca hayan experimentado cómo es una buena relación. Así que acaban sintiéndose emocionalmente desgarradas o atrapadas, que es cuando viene esa parte de 'te odio, pero te quiero / no puedo dejar de pensar en ti'. Stuck es la primera entrega de un cedé en el que ha pulido su imagen y revitalizado sus temas en la línea de sus preferencias musicales: "Whitney Houston, Crystal Lewis, Christina Aguilera, Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Mariah Carey, Celine Dion..." Y todo ese perfil de intérprete-diva.
"Definitivamente, quería que la música fuese más agresiva. Todas mis influencias son músicos muy soul, con mucho sentimiento [su artista favorito es Lauryn Hill], así que quería explorar un poco más en esa dirección". Tanto Stuck como More to Life la siguen y puede apreciarse que ni su voz ni su aplomo suenan como los de una teenager. Aunque en esencia no sea más que eso: "Soy una adolescente, llevo una vida similar a la de la mayoría de las chicas de 16-17 años. Así que ya sea desde una perspectiva positiva, o de una inquisitiva, quiero cantar sobre las cosas que hago, que me preocupan y sobre las que me pregunto: hacerse mayor, y los chicos, y la familia". Pero hay más: en Hesitation cavila sobre la noción de la vida después de la muerte. Lo trascendental también pasa la pubertad.
Con Stacie, al mito desenfrenado de 'sex, drugs and rock&roll' le ha brotado una arista inesperada: la conciencia. "Pienso que hay veces en nuestras vidas que tenemos vacíos que muchas veces tratamos de llenar con cosas equivocadas. Algunas veces recurrimos a las drogas y otras más a estar en relaciones que sólo nos harán más daño". ¿Habla la voz de la experiencia? Posiblemente, no. Stacie Orrico sólo tiene 17 años, aunque su discurso es varias veces más maduro y parece imposible de desprenderse de su formación cristiana y protestante.
Odia que la comparen con Britney Spears, serán cosas de la competencia. Más cuando quiere separarse de ese camino. Su música suena más a Pink, a Lavigne, pero aspira a sus grandes referentes. A día de hoy, con Stacie Orrico y su homónimo segundo trabajo tenemos más de lo mismo, pero nuevo. Es cosa de darle salida a la cantera, y más si viene pisando fuerte.
