Pop precocinado
Desde luego, no se puede acusar a Pink de dejar flecos sueltos. Acaba de fabricar un disco estudiado al máximo en despachos de márketing tras interminables horas de estudio de mercado. Desde la portada provocativa y esa pegatina que advierte del lenguaje soez (no es para tanto: escucha algún disco de rap), todo, absolutamente todo, transmite la sensación de un producto precocinado. Para las canciones cañeras le acompaña Tim Armstrong, responsable de la velocidad de Rancid; para los medios tiempos, Linda Perry ¿te-acuerdas-de-4-Non-Blondes? Es música para alimentar unas imágenes que, por supuesto, quedarán muy bien en la MTV. Ahora, que no se deje ni un gramo de música a la magia es demasiado, sobre todo si quieres que el disco tenga larga vida.












