Alicia Keys aúna 'soul', flamenco y 'jazz' en su concierto de Madrid

Fueron casi dos horas de espera. El concierto-presentación estaba anunciado para las 19 horas en la sala Pachá. Sin embargo, Alicia Keys, que está de gira promocional de su nuevo disco, llegó tarde a su cita con su público y con los medios de comunicación. Seguro que fue un problema de agenda, pues cuando una artista de este calibre pasa por nuestro país, su compañía discográfica (en este caso BMG) intenta exprimir al máximo el tiempo de trabajo que se le concede.

Alicia fue muy educada. Pidió disculpas y rompió el hielo ella sola al piano. No hizo falta más. Ya tenía al público en el bolsillo. Rock with you, una de las canciones de estrella de su debut, Song in A minor (2001), se encargó de hacer el resto.

Tres coristas y cuatro músicos (guitarra, bajo, teclados y batería) acompañaban a la joven promesa de la música estadounidense en su segunda visita a España. Juntos intrepretaron sólo seis canciones, entre las que no pudieron faltar You don't know my name, el sencillo con el que se está dando a conocer su segundo disco, The diary of Alicia Keys, ni tampoco Fallin', tema que le valió el reconocimiento de público y crítica, y con la que conquistó gran parte del mundo.

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Pero la niña de los ojos de Clive Davis, magnate discográfico, cazatalentos y actual presidente de J-Records, el sello que lanza los discos de la Keys y otros muchos artistas, se reservaba una sorpresa para el final. Algo que le vino muy bien a la división española de BMG. Los bises estuvieron protagonizados por la fusión de tres estilos diferenciados entre sí, pero hermanados con mucho gusto: flamenco, jazz y soul.

Diego 'El Cigala' y su colega cubano, el pianista Bebo Valdés, salieron a escena arropados por dos músicos más (un cajón flamenco y un contrabajo) e intrepretaron, con permiso de su anfitriona, dos de los temas del álbum Lágrimas negras, el que tantas alegrías está dando a ambos artistas. La nueva diva de la música negra yanqui les acompañó cantando y susurrando con su garganta privilegiada. Fue un fin de fiesta inesperado en el que tres culturas diferentes se aunaron gracias a la música.