No pone caliente
Si en el anterior álbum cantaba ?no soy una niña, ni todavía una mujer?, en éste queda claro que sus días de virgencita ya pasaron. Britney ha grabado un disco de sexo, sexo y más sexo. Vale, quizá todo sea márketing, pero tal como está el patio en EE UU, incitar con tanta alegría al polvo ?(I Got That) Boom Boom? o a la paja ?Touch of My Hand? tiene su mérito. Una pena que la música no acabe de ponerte húmedo: no hay temas redondos, el bollo con Madonna (Me Against the Music) es una decepción, y Shadow es de lo peor que ha grabado. Se agradece la escasez de baladas, y el corte producido por Moby o la kyliesca Breathe on Me> pueden llegar a seducir, pero Britney suena casi robótica. Y en un disco que debería quemar, eso es un pecado mortal.












