El ex Trogloditas Sabino Méndez resume 50 años de rock en su nuevo libro
<i>Limusinas y estrellas - Medio siglo de rock 1954-2004</i> (Espasa) es una nueva historia del rock pero "no sólo con datos, sino con la experiencia de lo vivido"
Limusinas y estrellas - Medio siglo de rock 1954-2004 (Espasa) se ha presentado hoy en la madrileña sala Honky Tonk por el periodista Diego A. Manrique y el actor y showman El Gran Wyoming, que además de acompañar a Sabino Méndez, hicieron un repaso a la historia del rock, además de dar su visión de cómo lo vivieron ellos a finales de los 70 y principios de los 90.
Manrique quiso dejar claro que el libro de Méndez, que hace cuatro años publicó el relato Corre Rocker: Crónica personal de los ochenta, está hecho para "leer con los discos al lado, tomando notas y con curiosidad, porque combina la parte académica de las música con las percepciones personales y técnicas, a lo que se añade un aparato gráfico muy cuidado".
Limusinas y estrellas se acerca al rock and roll desde varias perspectivas complementarias, como fenómeno musical, acontecimiento cultural y sociológico, producto de consumo, arte contemporáneo, forma de vida, modelos estético, cuna de mitos,... y cada capítulo está dedicado a una década, desde la de los cincuenta a la de los 90, y sitúa a cada figura del género en su entorno estético, social y económico.
Sabino Méndez cree que "el lector no encontrará en el libro respuesta a grandes preguntas como qué es el rock o cuál es su futuro, pero podrá sacar sus propias conclusiones" a través de sus páginas, en las que se encontrarán con biografías de solistas y grupos, influencias y evolución del rock, anécdotas de las grandes estrellas y otras curiosidades.
En el capítulo primero de Limusinas y estrellas, hay un gran apartado dedicado al blues, "como padre del rock", porque según el autor, "sin el blues el rock no hubiera existido", a lo que Wyoming apuntó que "todos somos hijos del blues, no del flamenco, y de él salió el rock como género y forma de vida".
Sabino Méndez, definido por los medios de comunicación de la época como uno de los cuatro evangelistas del rock español junto a Carlos Berlanga, Santiago Auserón y Jaime Urrutia, no descarta con el tiempo el escribir una historia del rock hispano y asegura que "el rock se olvidará o no, pero cuando se recuerde será siempre bajo la forma de ese espíritu de inconformismo instintivo y especulación universal, incluso de manera simplona".
