McCartney rompe casi tres lustros de silencio en Madrid
El músico británico realizó ayer en Madrid el tercer concierto de su recién estrenada gira <i>04 summer tour</i>
Acompañado por cuatro magníficos músicos mucho más jóvenes que él -Rusty Anderson y Brian Ray (guitarras), Wix Wickens (teclados) y Abe Laboriel Jr. (batería)-, Sir Paul, después de un breve espectáculo teatral al estilo del Cirque du Soleil, comenzó el concierto de forma espectacular, con 14 pantallas de vídeo (después convertidas en 17) que se movían y mostraban constantes imágenes relacionadas con el repertorio, y para ello eligió Jet, uno de sus grandes éxitos al frente de Wings, la banda que formó tras la escisióin de The Beatles.
Macca, que dio un repaso a una treintena de las mejores composiciones de la historia del pop, se esforzó por hablar español a lo largo de las cerca de dos horas y media de concierto. Sus primeras palabras fueron "¡Hola Madrid!" y "¡Viva España!", y fue Flaming pie la que precedió a una de las más bailadas en la noche, All my loving, para continuar con uno de los temas que compuso para Wings, Let me roll it.
Vestido con vaqueros y con esos colores que tanto le gustan, azul turquesa (chaqueta) y rojo (camisa), y que suele repetir en todas sus giras, interpretó por primera vez en España un tema de los años 60, You won't see me, y mientras se proyectaban imágenes de la primera visita del cuarteto de Liverpool a Madrid hizo She's a woman.
LOS40
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Dejó la guitarra aparcada para sentarse al piano y tocar Maybe I'm amazed y The long and winding road, arropado por un público madurito y siempre fiel al ex beatle, compuesto por miembros de cuatro generaciones diferentes.
In spite of all the danger, la primera canción compuesta antes de que existieran The Beatles, la interpretó solo, sin la banda, a la guitarra acústica, como hizo con Black bird, We can work it out y Here today, un tema que escribió tras la muerte de John Lennon y que ayer le dedicó. El respetable le rindió también su particular homenaje con una gran ovación.
De nuevo con la banda arropándole tocó en memoria de George Harrison All the things must pass e improvisó (porque el público se lo pidió) para Ringo Starr la primera estrofa y el estribillo de Yellow Submarine?.
I'll follow the sun, que también era la primera vez que la cantaba en directo, precedió a For no one, que interpretó en un piano eléctrico psicodélico que utilizaba en su época con Wings.
A lo largo del recital fue presentando a los miembros del grupo, quienes no dudaron en practicar el español durante su breve discurso, y tras temas como Calico skies y I've just seen a face, inició un nuevo momento Beatles con clásicos como Eleanor Rigby, Drive my car, Penny Lane y Get back, con lo que todo el mundo se puso a bailar.
McCartney tampoco se olvidó de otros de sus grandes éxitos como Band on the run, Back in the USSR o Live and let die, momento en el que se produjo un gran despliegue de fuegos artificiales, recordando esos conciertos que antes se celebraban muy a menudo en Madrid y que ahora sólo se producen en contadas ocasiones.
Tras I've got a feeling volvió la beatlemanía con Lady Madonna y Hey Jude, con la que ponía oficialmente fin al concierto, coreado por las 30.000 almas que disfrutaban en La Peineta, incluso unas veces sólo cantando los hombres y otras las mujeres, dirigidos por el músico británico.
Para los bises se guardó platos fuertes como Yesterday (de nuevo él sólo con su guitarra acústica), Let it be y I saw her standing there. En el segundo bis resucitó Helter skelter e hizo una nueva versión del Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band, que unió a The end. Todo terminó con una intensa lluvia de confeti.












