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Una gran fiesta de cumpleaños
La cancelación del esperadísimo Morrissey no aguó la gran fiesta del décimo aniversario del FIB.
La cancelación del concierto de Morrissey apenas dos horas antes de su actuación no empañó la celebración del décimo aniversario del Festival Internacional de Benicássim (FIB), que se convirtió en una enorme fiesta de cumpleaños, situando al festival entre los grandes eventos europeos de música en drecto y con una alta participación de público: más de 30.000 espectadores. Éso es lo que fue la décima edición del Festival Internacional de Benicassim 2004. Una gran fiesta de cumpleaños. Y como una fiesta al uso acudieron los ?amigos? de siempre y con los que el anfitrión no había podido contar en anteriores celebraciones.
Bajo una organización perfecta, muy buen ambiente y ganas, muchas ganas, de pasarlo bien transcurrió el festival. Eso sí, la media de edad del publico subió con respecto a años anteriores, debido al cartel, al precio de las entradas y, sobre todo, a las ganas de recordar y de celebrar este aniversario.
Otra de las peculiaridades de esta edición fue, que debido al carácter de celebración, las bandas eligieron repertorios basados en sus clásicos en vez de en sus últimas composiciones. Resaltar además, las actuaciones de los grupos españoles que, pese a ser su número muy reducido, evidenciaron que debería crecer con los años. Los conciertos de Fangoria, Cooper, Los Planetas, Migala, The Sunday Drivers, ..., fueron de lo más destacado. El festival, día a día:
En esta edición, la fiesta de apertura se pensó como un día más del festival. El publico acudió en masa y se pudo ver como la última incorporación al cartel, Tim Booth, mostraba su lado más sobrio enseñando sus nuevas composiciones en un buen show. Los toledanos The Sunday Drivers demostraron, como el resto de grupos nacionales, casa, que están al nivel de los invitados extranjeros. Ash se apuntó a la fiesta y el público lo agradeció. El momento culminante de la noche lo trajó desde Madrid, Fangoria: A Alaska y Spunky se les veía en su salsa. Hasta la cocina. El último en llegar fue Felix Da Housecat, que hizo bailar al público con los clásicos de siempre.
Cooper abrió el gran escenario Verde. Alejandro Cooper es uno ?de los de siempre?. Demostró que el espíritu mod sigue muy vivo y con un concierto muy alegre fue uno de los triunfadores del día. Corriendo para ver a Lali Puna al otro escenario. La electrónica del grupo aleman fue el aperitivo perfecto para ver a la bandas que más briló en todo el festival: sus compatriotas Einstürzende Neubauten. La banda de Blixa Bargeld (la principal Bad Seed de Nick Cave hasta hace poco) descargó su cacharrería (utilizan instrumnentos fabricados por ellos mismos que amplifican con micrófonos de contacto) de sus primeros tiempos ante el asombro del personal. Sobre el escenario, un ambiente oscuro y profundo, que aún chocando con el ambiente del festival, volvió loco al respetable. Una sabia decisión contratar a un grupo que lleva más de 25 años innovando y son unos desconocidos. Una experiencia única e inolvidable. Y el viernes todavía tenía sorpresas más que agradables. Tindersticks y The Charlatans apostaron por el repertorio de clásicos que la gente esperaba y que agradeció. Era una fiesta y apetecía recordar. Pet Shop Boys era otra de las bandas más esperadas del festival. Con ellos llegó la fiesta, la verbena y la alegría. El dúo comenzó suave para ir subiendo el tempo del show poco a poco, hasta llegar a un final de fiesta apoteósico. Uno de los momentos más bailables del festival. Y de postre, Kraftwerk. El cabeza de cartel. Una puesta en escena impecable y un sonido perfecto. En cuanto a gustos, hay que ser muy fanático de Krafwerk para apreciar todo lo que a su historia y música rodea. Para algunos el concierto resultaría pesado y largo y para sus devotos, el show de sus vidas. Pero era otro de los invitados estelares y cumplió su cometido. La fiesta seguía en el resto de escenarios. En el Hellomoto, la carpa más electrónica y bailable, Air, Martini Bross y Le Hammond Inferno hacían de las suyas y movían al personal. Al ser el primer día, el publico tenía fuerzas. La noche se alargó. Los invitados recibieron la luz del día sin darse cuenta, bailando en las diferentes carpas.
Segunda jornada de festival. Si el viernes fue el día electrónico, el sábado fue la jornada más rockera. De nuevo se abrió con otro grupo novel triunfador en la edición alemana del Proyecto Demo: The Strivers. Serafin trajó sus sonidos britpop un poco venidos a menos. No podían faltar al aniversario Teenage Fanclub y con sus temas clásicos hicieron recordar otras ediciones del festival. Más tarde, el batería de la banda, Francis MacDonald y su Nice man haría bailar en una de las carpas en su faceta de DJ a los incondicionales del grupo escocés. Clem Snide demostró ser uno de los grupos más importantes en la actualidad del llamado country alternativo. Otro de los grupos que dejó con laboca abierta al público (sobre todo al extranjero, que era muy nutrido: alrededor del 30% del total) fue la banda española Migala. Grandes músicos. Después llegaría la decepción: El ?esperadísimo? durante años Morrissey, cancelanba su actuación con el escenario ya esperándole. La organización señalaba por las pantallas que el líder de los Smiths tenía problemas con el avión y que no podía despegar de Londres. El público se quedó perplejo. Incluso se vio a incondicionales llorando por el viaje en balde. No se dijo nada más. Pero el chasco duró poco rato. Scissor Sisters se encargó de que el mal trago pasara rápido. Los neoyorquinos con su música de baile con reminiscencias de los 70 hicieron bailar a todo el mundo. Otros de los triunfadores. Dedicaron el concierto al fallecido Rick James ? defunción que motivo uno de los episodios a olvidar del festival: la actuación de Arthur Lee & Love del domingo. Pero no sólo de Morrisey vive el fibber y lo demostró con Lou Reed, que llenó el escenario Verde de público. A diferencia de su reciente concierto en el Xacobeo, Reed complació al personal interpretando con su cara de pocos amigos las canciones que han hecho de él una de las figuras más grandes de la música: Sweet Jane, Walk on the wild side, Perfect day, Satellite of love.... Triunfo rotundo.
Los fanáticos de Smiths y Morrissey también lo son de los escoceses Belle & Sebastian, que actuaban por tercer año consecutivo tras arrasar en las anteriores visitas. Un versión del de Manchester y la puesta en escena de su último álbum Dear Catastrophe Waitress hicieron de nuevo olvidar a Morrisey.
Y como no llegó el turno un año más a The Chemical Brothers. El FIB sin los Chemical, no es el FIB. Cerraban el festival. Todo un privilegio. Y eso que llevan dos años sin editar material nuevo. Aunque da igual. El festival es suyo y el publico también. Un fin de fiesta más que previsible, pero realmente perfecto.
Y aunque técnicamente no es parte del festival, la fiesta de la playa fue este año quizás el mejor momento y el colofón perfecto a unos días que nadie querían que acabaran. Tres DJs se encargaron de demostrar que se puede pinchar todo tipo de música y, de paso, dejar con la boca abierta a todo el mundo sin para de hacerles bailar. Funky, house, heavy, pop, rock, ? Hasta la extenuación. James Murphy fue la revelación y 2 many DJs, la confirmación. El DJ del futuro es el rey del bootleg, de las remezclas imposibles, y de la sorpresa constante.