En la cresta de la ola

La Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes de Madrid humeaba al final del concierto. La ya de por sí alta temperatura ambiente había aumentado bastantes grados durante la actuación de un grupo en forma, que se gusta y que disfruta de su momento presente.

No de otro modo cabe interpretarse el hecho de que desgranara la práctica totalidad de los temas de su último disco. Sólo Tarde para cambiar se quedó en el tintero del que salieron las otras trece canciones de Pájaros en la cabeza. Un álbum que ha confirmado a Amaral en la primera división del pop nacional y con el que el dúo zaragozano ha afinado la fórmula que lo convirtió en superventas con Estrella de mar (2002).

Unicamente se echaron de menos más temas de su repertorio antiguo. Tan sólo tres referencias a Estrella de mar (la canción titular más Te necesito y Sin ti no soy nada) y ninguna a sus otros dos discos anteriores, Amaral (1998) y Una pequeña parte del mundo (2000). Lástima.

Pero de lo que se trataba era de tomarle el pulso a los Amaral de 2005. Sus argumentos son un pop sin pretensiones y unas composiciones de corte clásico con abundancia de medios tiempos en las que destaca, seguramente, una de las mejores voces femeninas del país. Eva Amaral concita todas las atenciones. Oirla cantar es una delicia y su presencia en el escenario transmite convicción en cada uno de sus movimientos.

En cuanto al resto de la banda, liderada por el siempre ensimismado Juan Aguirre, se volvió a comprobar que suena bastante más afilada en directo que en los discos y que, por momentos (Revolución, En el río), puede llegar a resultar contundente.

No sabemos si la carrera comercial y la repercusión de Amaral seguirán creciendo como lo han hecho hasta ahora, pero todos los que estuvieron este pasado lunes en el Círculo de Bellas Artes podrán recordar este Concierto Básico como el de un grupo en la cresta de la ola.