Especial
Chambao y Muchachito brillan en el Aguavivafest
El festival, celebrado en el municipio tinerfeño de Arona, mezcló la música con la divulgación de la cultura submarina
El sábado arrancó con el directo de Habana Blues Band, el grupo de músicos cubanos que interpreta la banda sonora de la película dirigida por Benito Zambrano. No, no salen a cantar los dos protagonistas de la peli, pero la banda cumplió las expectativas y movió al público antes de la salida a escena de Coti. El cantautor de moda tomó el relevo sin mucha convicción. Las fans, entregadas, aguantaron cerca de una hora hasta que el rosarino tocó la canción por la que mucha gente había pagado los 15 euros de la entrada, Nada fue un error, que puso fin a una actuación que tuvo mucho de gala promocional.
Y llegó el torbellino de LaMari. La apuesta de Chambao en directo, bastante lejana de la etiqueta flamenco-chill, fue de lo más destacado del festival. La banda rescató los éxitos de su primer disco y desgranó gran parte de su último trabajo con muchísima solvencia, haciendo moverse al público sin descanso. La cantante malagueña demostró estar en plena forma pese al complicado año por el que ha pasado y dejó el ambiente más que caldeado para dar paso a la sorpresa de la noche: Muchachito Bombo Inferno.
Los de Santa Coloma sólo tienen un disco, Vamos que nos vamos, pero ofrecen uno de los directos más originales y festivos del momento. Su mezcla de rumba, swing, funk y lo que se tercie se apoya además en una puesta en escena que sorprende. El muchachito, bombo en pie y guitarra en mano, es capaz de animar a cualquiera mientras el pintor Santo de Veracruz rellena un lienzo en pleno escenario y la Gigoletto Brass anima al respetable con sus saxos. Un gran fin de fiesta para la primera noche del Aguavivafest.
Ya el domingo, el reaggae local de Africuya sirvió de aperitivo para otro de los conciertos más destacados del festival: Mojo Project. La voz de Africa Gallego conquistó a las más de 7.000 personas que se agolpaban frente al escenario con su gran capacidad de viajar del jazz aterciopelado al flamenco más rasgado. Se lo dejó muy difícil a los hermanos Auserón, que fueron quienes le tomaron el relevo en el escenario con su espectáculo Las Malas Lenguas.
La jugada de los ex Radio Futura, dedicados ahora a traducir clásicos del rock, es, cuando menos, arriesgada. Puede chirriar a los fans del género y entusiasmar, como sucedió en Arona, al público dispuesto a entregarse a la calidad de los músicos que acompañan a los hermanos. Sonaron Love in vain (Es en vano tu amor), Hard to handle (Duro de pelar) o Street fightin' man (Luchador), pero el público no estalló hasta los bises, cuando Escuela de calor cerró el repertorio.
Antes del bailable fin de fiesta de Macaco, que fue el encargado de cerrar el festival, saltó al escenario de la explanada del polideportivo Los Cristianos Richie Kotzen. El que fuera niño prodigio de la guitarra estadounidense no ha olvidado sus tiempos de guitar-heroe en Poison o Mr. Big. De hecho, en Tenerife puso voz y punteos eternos llenos de ejercicios malabares sobre el mástil de su guitarra a un repertorio de heavy almibarado del que tanto gustaban los adolescentes de principios de los 90.
A diferencia de otros festivales, en el Aguaviva es realmente duro superar la resaca nocturna, ya que las actividades no cesan durante el día. La joya de la corona fueron sin duda los 'bautizos de buceo' que, de forma gratuita, se ofrecieron en la playa. El mar también fue protagonista de una exposición sobre los cetáceos que se pasean alrededor de la isla y acaparó las imágenes de las pantallas del escenario principal, que entre concierto y concierto enseñaron las profundidades marinas de la zona acompañadas por la música que pinchaba Agua DJ.