Carismáticos
Babasónicos es todo lo que un grupo de pop rock debería ser: arriesgado y original en su sonido y en su puesta en escena. Ésa es la cosa, que casi nadie está capacitado para ello. Con Adrián Dárgelos al frente, un auténtico especialista a la hora de liderar la banda tanto en las relaciones con los medios de comunicación como pilotando el grupo en directo (su repertorio engloba tonos altos y bajos con igual potencia, movimientos divertidos intercalados con dramáticos sin rastro de actitudes lánguidas), Babasónicos triunfó en su debut en España.
Fue en Madrid (8 de marzo de 2006) en la Sala Heineken, que una vez más demostró de su acústica deja mucho que desear, y que a la hora de vender cervezas (4 ? un vasito de plástico) no hace honor a la marca de su nombre. Con Babasónicos, todo eso se minimizó, en plan soma.
Ante un público repleto de argentinos con ganas de hacer contacto con un referente de lo que allí dejaron, Babasónicos se volcó, sobre todo, en sus dos últimos discos, Anoche (2005), el último, e Infame (2004). Expertos maestros de ceremonias (dan unos 120 conciertos al año y van por el octavo álbum), intercalaron su rock setentero (Irresponsable, Sin mi diablo, Así se habla, Solita, Ciegos por el diezmo...) con canciones pop lentas (Putita, Exámenes, Pobre duende) y de medios tiempos glamurosos (Carismático, Yegua).
Bases pregrabadas y psicodelia, estilo del grupo, aderezaban las anteriores con solvencia y en su justa medida. Sus letras, siempre rozando la provocación, son menos frívolas de lo que en un principio pudieran parecer, y buscan con ello que el sector argentino que les critica por despegarse de los problemas sociales, siga mesándose los cabellos.
Se han decidido a cruzar el charco por aventura más que por necesidad. América, toda ella, es territorio conquistado por Adrián Dárgelos, Diego Castellano, Gabo, Peggynn, Mariano Roger Sónico, Uma Diego y Uma-T, donde llenan estadios tres días consecutivos. Quizás son diferentes, demasiado, y por eso no han llegado a cuajar por aquí. Son unos genios, sólo falta que por aquí se les comprenda.
