Música para la lucha
El concierto en Madrid del trío británico (Palacio de los ) fue el ejemplo perfecto del directo de una gran banda: ejecución musical impecable y una puesta en escena excepcional arropada por proyecciones visuales que completaban el significado de las inte
Abrieron la noche los primeros acordes de Take a bow, una crítica a los líderes mundiales y a sus irresponsables acciones, que sólo fue el primero de los gritos que Muse lanzó contra la injusticia y el dolor humano. La formación vino a presentar su álbum más social y reivindicativo, Black holes and revelations, un trabajo que revalida el papel de la música como vehículo inigualable para las ideas.
Map of the problemathique y la desgarradora Assasin continuaron la protesta de Matthew Bellamy, Dominic Howard y Chris Wolstenholme, que entregaron uno de sus mejores directos en temas como Starlight o City of delusion. Los caballeros que aparecían en las proyecciones de esta última son una clara alusión a la portada del disco, que representa a los cuatro jinetes del Apocalipsis en Cydonia, la llamada cara de Marte.
El tono arengador de Muse, que animaba a los asistentes a no rendirse en la lucha, se fue acentuando con Invincible, donde juegos de luces e imágenes de condena otorgaron al momento un cierto aire místico y prepararon poco a poco el camino para un final apoteósico con Knights of Cydonia, cargado de mensajes directos que alentaban a perseverar en la batalla por los derechos del hombre y que supuso un cierre magistral para una noche en la que se evidenció que la música y el compromiso social son un binomio del que muchos deberían aprender.