Se aguó la fiesta
Más de 15.000 personas se quedaron con las ganas de poder ver sobre el escenario a cinco de las figuras de la música latina más importantes del momento.
Desde primera hora de la tarde, algunos aficionados hacían cola a las puertas del estadio José Zorrilla para garantizarse un buen sitio en primera fila para ver de cerca a Alejandro Sanz, Miguel Bosé, La Oreja de Van Gogh, Quijano y Juan Luis Guerra. Con camisetas de tirantes y ganas de que arrancara uno de los conciertos del año, muchos jóvenes (y no tan jóvenes) lucían piel ante el agobiante calor que marcaba la jornada.
Pero la espera iba a ser infructuosa. La lluvia hacía acto de aparición hacia las cuatro de la tarde. Calles inundadas, vehículos parados en la autovía ante la imposibilidad de circular con seguridad, carreras para refugiarse del chaparrón... eran escenas que comenzaban a hacer presagiar lo peor. Todo ello sin contar la dura prueba que debía superar un enorme escenario sometido a cuatro horas de diluvio constante.
La zona de pista del estadio, donde miles de seguidores iban a disfrutar de más de seis horas de música, estaba a las siete de la tarde totalmente anegada por el agua. Era imposible abrir las puertas a la hora prevista por lo que la organización del concierto decidía un aplazamiento del mismo hasta las 10 de la noche. Para entonces ya eran miles de personas y decenas de medios acreditados los que comenzaban a perder la paciencia ante los malos modos de algunos vigilantes de seguridad: "Los que queráis esperar, esperáis. Los que no ya os podéis largar".
LOS40
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Para evitar la creciente desesperación del público, dos miembros de la organización hicieron acto de presencia ante la prensa y los espectadores para anunciar la revisión de todo el equipo eléctrico del espectáculo "que está muy mal. Intentamos que el concierto siga adelante y garantizar la seguridad de la gente". Eran las nueve de la noche y un pequeño rayo de esperanza se abría paso sobre el gris cielo vallisoletano.
40 minutos de comprobaciones, en el que medio centenar de personas incluido el alcalde de la ciudad valoraban cada pequeño detalle, bastaron para comprender que la celebración del Festival Valladolid Latino 2007 era imposible: "Ha caído muchísima agua y es imposible garantizar que no pase nada porque hay muchísima corriente por todos los sitios", explicaba el jefe de seguridad.
Fin a cuatro horas de espera y tremenda decepción para gente llegada de Palencia, Sevilla, Barcelona, León o A Coruña, entre otras ciudades, que no daba crédito a lo sucedido. Apenas hubo malas palabras entre los 15.000 aficionados a los que se les devolverá el importe de la entrada a partir del miércoles 23 de mayo.
La segunda edición de la fiesta de la música latina trata ahora de encontrar una nueva fecha aunque volver a hacer coincidir las agendas de Alejandro Sanz, Miguel Bosé, La Oreja de Van Gogh, Quijano y Juan Luis Guerra va a ser tarea casi imposible dados sus compromisos en solitario.












