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Música para elevarse
Si de algo no se puede acusar a Andrea Corr es de no arriesgar. La cantante invierte su tiempo en la música y el cine, su propia "familia", mientras el resto de sus hermanos se dedican a cuidar el árbol genealógico. Y en este, su primer trabajo, ha querido dejar clara su personalidad. Nada de sonidos celtas, nada de whistle, la flauta irlandesa que toca con la banda. Andrea prefiere bases modernas y hasta se atreve a distorsionar la voz en algún tema para completar un disco muy variado.
La pequeña de los Corr necesitaba un pintor que pusiera música a sus imágenes. Éstas están compuestas por historias de amor y de guerra, de seducción y de esperanza. Porque Andrea da importancia a las letras, las echa de menos en la música actual. No en vano, prefiere escuchar a Neil Young antes que a las últimas novedades discográficas. Así que, para encontrar al pintor mencionado, la ahora solista buscó la piedra filosofal y la encontró en uno de sus discos favoritos, Debut, de Björk. Qué mejor que reclutar al productor del álbum, Nellee Hooper, un verdadero artista para modelar pedazos de la vida diaria.
No estamos ante un trabajo que cambiará el mundo, pero podemos hablar de un buen comienzo. Por poner un pero, lo pondríamos al remix de Shame on you como canción adicional ya que apenas difiere de la original que contiene el disco. Pero estamos ante una de esas obras que revelan detalles con buen gusto a medida que se escuchan varias veces.
Andrea se suelta el pelo a ritmo de seducción como una madame de burdel en Hello boys: "[...]No quiero conversación ni citas, te haré estar bien", también confiesa con buen pop bailable que daría cualquier cosa por estar sólo un día con su amor (24 Hours) y rememora lo absurdo de la guerra en el pegadizo primer single, Shame on you.
Take me I?m yours recuerda a los mejores Garbage e Ideal World vuelve a trasladar la esperanza a tres personas distintas que piensan como sería su vida ideal. Porque ahí es donde la irlandesa se mueve como pez en el agua. Llega cuando habla de la cotidianeidad en Anybody there y encuentra un tesoro en la imaginación con I do: "Quiero un carro abierto, caballos negros y zapatos brillantes. Es un sueño la sonrisa de mi madre, llueve confetti desde el cielo y papi tiene un nuevo poema". Champagne from a strow, el nuevo sencillo, ("Mediodía en el metro, una adolescente vendiendo música desde su cama"), es un tema que irradia energía y condensa el fantástico poder del amor.
Stupidest girl in the world, Ten feet high y This is what is all about completan el trabajo de la cantante, siendo éste ultimo tema el que recoge mejor su fantástica voz, acompañada de acordes simples en guitarra acústica para encontrar esa fragilidad que roza la bossa en el estribillo. La letra llegó recordando la segunda escena de Bodas de Sangre de Lorca en la que la criada y la novia hablan sobre la cama.
En resumen, un comienzo prometedor que, tal y como la autora reconoce con buen humor, era la única manera de que Andrea Corr tuviera 10 pies de altura. Un disco para elevarse a sí misma "con la medida que te separa del suelo cuando estás enamorado".