Rock tierno
The best damn thing es el tercero y esperado nuevo álbum de Avril Lavigne. La artista canadiense, ídolo de masas juveniles, vuelve al mercado discográfico tras tres años sin canciones nuevas tras el éxito de Under my skin. Doce canciones componen este nuevo trabajo que reincide en la fórmula del pop-rock adolescente con un sonido que al tacto resulta cada vez más tierno.
Tal vez su reciente boda con Deryck Whibley, líder de la banda Sum 41, haya ablandado el corazón "punk" y "skater" de la solista. O quizá haya sido el paso del tiempo (cinco años hace ya de su debut) el que haya hecho madurar el espíritu de una cantante que brilla en la apología de los sentimientos como sucede en When you?re gone, Keep holding on e Innocence.
El resto son estribillos pegadizos, guitarreos movidos y letras que ponen el ojo en las relaciones chico-chica con el habitual talento que caracteriza a Avril Lavigne: desde la separación (Contagious), la "sana" envidia (Girlfriend), el odio (I can do better), la "mujer fatal" (One of those girls) o el sexo (Hot).
Pocas sorpresas para un buen disco que da lo que promete en su portada: rock con corazón.