Amaral se queda en la calle
Amaral decidió regalar a sus seguidores un concierto especial, al aire libre, sin escenario y sin apenas promoción
Unos metros más allá, la gente hacía fila para conseguir las primeras entradas del concierto que el grupo aragonés ofrecerá el próximo 12 de junio en Zaragoza y que servirá como inicio de su gira. La sorpresa llegó cuando se corrió la voz. En apenas unas horas el grupo ofrecería un anticipo de su actuación, y se grabaría un videoclip con su directo a pie de calle. A las 22?55h, y tras una introducción de bajo y batería, Juan Aguirre y Eva Amaral saludaban al respetable y estrenaban nueva canción: ?Llegará la tormenta?.
Se trata de la adaptación del tema de Bob Dylan, que servirá para promocionar Expo Zaragoza 2008. Era la primera vez que la tocaban en directo, de hecho era la primera vez que tocaban con esa formación (con Coqui a la batería e Iván al bajo), y consiguieron que a más de uno se le erizase la piel. La voz de Eva llena de brillo la canción y los arreglos de guitarra y percusión son especialmente acertados.
Rodeados de decenas de cámaras de vídeo, e incluso dos de cine, hicieron dos tomas de la canción para garantizar que el videoclip saliera bien y aseguraron que después estarían a entera disposición del público, esto es, que se admitían peticiones. La primera fue Resurrección, de su disco Pájaros en la Cabeza. Continuaron con Moriría por vos, y recordaron que no era su primera vez en dicho escenario improvisado, puesto que ya tocaron hace dos años en el festival/protesta Roscón Rock, donde los músicos aragoneses reclaman más atenciones tocando a ras de suelo. A ellos, y a todos los artistas que luchan día a día por hacerse oír, les dedicaron el tema Revolución.
Unas palmas sirvieron de inicio para esos inolvidables Días de Verano, y tanto Eva como Juan, se acercaron en varias ocasiones hasta las primeras filas, hablaban con los seguidores, les hacían cómplices de sus canciones y respondían a sus preguntas. Aseguraron que el nuevo disco estará listo en mayo, y se despidieron con El Universo sobre mí y Big Bang, mientras el público no dejó de corear lo que se canta a los artistas cuando se les quiere (y aquí se les quiere mucho): ¡Olé maños, olé!