Pop del bueno en chicos locos
Empecemos por las verdades, The Kooks no es un grupo excesivamente original. No aporta un sonido novedoso que sirva de punto de inflexión en la historia del rock. Es más, puede que dentro de treinta años nadie recuerde sus versos.
Partiendo de esta cruel base que podría tirar por tierra el noventa por ciento de las nuevas creaciones, se admite que Konk su segundo álbum, en las tiendas el 14 de abril, es un disco redondo, con un pop de tablas, buenos estribillos y honrosas letras. Uno de esos discos que en su Inglaterra natal arrasará sin dudas, venderá, girará y entusiasmará. En España menos, o mejor dicho con menos gente.
The Kooks, el grupo que lidera Luke Pritchard con sonrisa y carisma, saltó a la fama cuando un cazatalentos los fichó después de una actuación de la banda. Los chicos se lo pensaron. ?Quizá fue todo un poco precipitado, pero ese tipo de oportunidades no se deja pasar, además los de la discográfica nos parecieron gente de fiar?, reconoce Luke. De aquello salió ?Inside in, inside out?, un aplaudido debut que les llevó a girar por Europa, visita incluida al FIB de 2006.
?Koonk? lo nuevo de The Kooks lleva el nombre del estudio de grabación londinense donde se gestó el proyecto. Trece cortes de puro pop, con reminiscencias Beatle y guitarras Oasis, con contundencia en las letras y ritmos acelerados de la escuela de The Libertines, Editors o sus propios compañeros de generación.
Buenas canciones como en el single ?Always where I need to be?, un tema del estilo Doherty, románticos e irónicos como en ?Love it all?, más originales en ?Shine on?, o completamente poperos y sesenteros como en ?Mr Maker?. Una de las grandes canciones de este disco. Temas que recuerdan a su trabajo anterior como ?One last time?. Toques maduros