?Los festivaleros somos más o menos igual en todas partes?
Un año después de comenzar su aventura, Jarvis Hammond, está apunto de acabar su libro. Este inglés de treinta y ocho años dejo todo en 2007 para buscar el mejor festival de música del mundo. Fueron trece citas en tres continentes y nueve países.
No es algo muy común pasarse el año viajando de festival en festival. ¿Cómo salió esa idea?
La verdad es que la idea viene de mi mujer Karen, se le ocurrió a ella. Estábamos en el Haldern Pop 2006 (Alemania), el tiempo era horrible, llegamos con un diluvio que hasta tuvo que asistir la brigada de bomberos para ayudar a drenar el terreno, no conseguimos acceder al recinto y yo volvía a Inglaterra el lunes. Esa noche me prometí que no volvería a ningún festival. Pero después de dormir bien y de que apareciera el sol, Karen sin venir a cuento me dijo que debía escribir un libro sobre experiencias en los festivales. Y antes de darme cuenta estaba planeando pasar la mayor parte del 2007 de festival en festival. Lo del libro fue la excusa, hasta la fecha sólo había escrito crónicas, pero me dije, ¿por qué no? Yo quería hacer de mi libro algo más que un diario, la búsqueda del festival perfecto era una elección obvia cuando tuve que centrar el propósito del libro.
Cuéntanos algo de Japón. ¿Cómo es un festival allí?
Fuji Rock es simplemente increíble, el escenario precioso. Esta ubicado en el valle de una estación de esquí. Hay varios escenarios pero cada uno parece un festival independiente. Los asistentes tienen que andar por un bosque precioso para llegar de un escenario a otro. Tan pronto estas andando por lo alto de un valle que te encuentras en un claro en el bosque con un concierto en marcha. Hay un escenario al que sólo se puede acceder por telesilla.
Además es un festival muy visual. Hay muchos detalles, el bosque está lleno de bolas de espejos colgadas de los árboles que recrean la luz por la noche. El capítulo que dedicó al Fuji es de los más largos del libro. Hay mucho que contar.
Japón, EEUU, toda Europa, qué diferencias has visto en el modo de vivir la música
Las principales diferencias las ponen los organizadores, los festivaleros son más o menos igual en todas partes, en todo los países que he estado he notado la misma excitación en el que espera un concierto deseado.
Dicho esto, también existen algunas diferencias culturales. Los japoneses son más limpios y ordenados, por eso se les permite acampar en un campo de golf en una cara estación de esquí. Y hacen colas más largas para comprar el merchandising que para pedir una cerveza.
En Coachella (EEUU) no se permite llevar alcohol dentro del área del festival, si quieres dar un trago tienes que ir a una diminuta tienda en la esquina del recinto beber y volver luego al festival, creo que es bastante representativo de la actitud americana hacia el alcohol. Los europeos además de ser bastante parecidos, conectamos sin mucha dificultad, en todos los festivales he acabado con gente del país y pasándolo bien.
De los trece festivales con cuál te quedas
Claro que tengo un favorito, pero me he llevado grandes sorpresas en muchos sitios. El FIB por ejemplo, y siendo honesto, te digo que pensé que no me iba a gustar porque tenía demasiada música electrónica, pero me equivoqué, El concierto de los Arctic Monkeys puede que fuese uno de los mejores, la experiencia española entra entre mis cuatro primeros, el clima es esencial, Yo he perdido botas en mares de barro, en Glastonbury me di cuenta de lo importante que es la meteorología en un festival.
Habrás visto muchos conciertos ese año, ¿con cuál te quedas? ¿Qué puedes recomendar al público español que no haya pasado por España?
Hay muchos. He visto cerca de doscientos cincuenta conciertos en 2007. Buzzcocks en la Isla de Skye es para mí el mejor. La banda está un poco mayor, eran parte de la escena punk de finales de los setenta. Hacía menos de 4º y llevaba decenas de capas de abrigo y el concierto fue tan espectacular que hasta daba igual el frío. Ese es el poder de la música, no hay nada que produzca esos efectos.
Pero todo es cuestión de gustos. The Pigeon Detectives los vi a primera hora de la tarde en el Fuji como una banda menor, y meses después eran cabezas de cartel en Hamburgo. Escribiendo el libro he revisado todos los carteles y veo grupos en festivales y me pregunto ¿dónde estaba yo en ese momento?, ¿por qué no los vi? Son muchos conciertos, se descubren muchos grupos, eso es lo divertido, pero supongo que perderte varios es parte del juego.
Buscas el festival perfecto. ¿Qué elementos valoras en tu búsqueda?
Siempre he sido una persona más de concierto que de festival y por eso pensé que necesitaba ayuda para hacerme una idea de que buscar. Lancé la web por eso, para preguntar a la gente por los más importantes para ellos en un festival y hubo una gran respuesta de la gente, más de lo que esperaba. Cogí los elementos más valorados, hice la maleta y me fui. No tarde en darme cuenta de que los festivales que me dejaban mejor sabor reunían todos esos elementos. Es largo de explicar, los discuto a fondo en el libro.
¿Y uno no se cansa de tanta música y concierto?
Te engañaría si dijese que no. Me he preguntado en varias ocasiones por qué hacía esto. Principalmente cuando estaba en una tienda en medio de un diluvio, 2007 no fue el mejor verano. Sólo tres de los trece festivales a los que fui estuvieron sin lluvia todo el tiempo. Pero sólo necesito una experiencia maravillosa para olvidar todos los pequeños aspectos negativos.
Puedes darnos un adelanto de tu libro, ¿Vas a traducirlo al castellano?
Es lo único que ha estado en mi cabeza desde agosto de 2006. Ahora estoy terminándolo y estará para finales de mayo. Algunas editoriales ya han mostrado su interés. Lo de verlo en español dependerá del éxito que tenga, pero me encantaría.
Cómo te organizaste para viajar. ¿Tuviste algo de financiación?
Contacté con todos los organizadores contándoles mi proyecto y sorprendentemente la mayoría de ellos contestó muy rápido diciendo que les parecía una gran idea y que sería su invitado durante el festival, y además la mayoría me concedió una entrevista.
Lo peor fue la logística, mucho tiempo mirando trenes, reservando coches, vuelos, hoteles, hablando con amigos. Pero cuando llegaba a los sitios sabía que todo iba según lo planeado y podía sentarme, relajarme y concentrarme en ese festival en concreto.
Ayuda no tuve ninguna. Tampoco la busqué. Quería mantenerme independiente, sin sponsor o nadie que pudiese influirme. Yo, como muchos, estoy cansado de que la gente intenta venderme cosas. Karem y yo decidimos que había llegado el momento de vaciar la cuenta de ahorros. Quince mil euros, cuando volví del último festival el Islandia Airwaves sólo me quedaban monedas en el bolsillo.
¿Vas a repetir en 2008?
Bueno, la verdad es que sería increíble pero durante todo este tiempo sabía que esto es algo que se hace una vez en la vida, no tengo más dinero y estoy seguro de que a mi jefe no le haría mucha gracia. De todos modos la principal causa es que este mayo voy a ser padre por primera vez, aunque a uno o dos festivales iré. Haldern Pop y a lo mejor End of the Road. Y llevaré a mi hijo conmigo. Me gusta pensar que dentro de veinte años mi hijo hará lo mismo para comparar como ha cambiado la música desde 2007. Eso si no está encima de un escenario.
