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Jarvis Cocker, Neil Young y Sonic Youth, cierran una grandiosa edición del Primavera Sound
El festival más exquisito de música independiente de nuestro país termina con una afluencia de 70000 personas
Comenzaban pues 3 días de música en directo para aplacar la sed de unos 70000 asistentes con ganas de mambo y espectáculo. El jueves fue un día clave para los amigos del noise. No lo decimos por The Talles Man on Earth ni por La Bien Querida ni Phoenix, pero sí por The Horrors, The Vaselines, My Bloody Valentine o Wavves, que destilaron su habitual distorsión por los escenarios del festival. También pudimos disfrutar el jueves de un Joe Crepúsculo con banda. El tarántulo ofreció un conciertazo junto a Los Destructores, con quienes reafirmó himnos a los que imprimió un toque de rock que hay quien no termina de asimilar. Del jueves también nos quedamos con Yo la Tengo, auténticos artificieros del rock más soberbio.
Día 2. Viernes. Spiritualized y Saint Etienne se avecinaban de lo mejor del cartel. No solo no defraudaron si no que abrumaron a una masa ingente con sus conciertos en el escenario Rockdelux. Además fue un día para gratos descubrimientos: unas tal Vivian Girls hacían ruido desde las siete de la tarde en el escenario Pitchfork, donde horas más tarde eran Dan Deacon Ensemble quienes se camelaban a las gentes con su espectáculo. Menudos. También había ganas de descubrir el directo de los australianos The Drones, que pintaban genial, pero tuvieron la mala pata de estar programados justo a la misma hora que Jarvis Cocker. El genio de Sheffield fue sin duda el rey absoluto de la noche (y nos atreveríamos a decir que del festival entero hasta que apareciera Neil Young). El ex Pulp venía a presentarnos su nuevo disco en solitario, Further Compilations, un trabajo más rockero que ejecutó en directo con la experiencia que dan los años de haber sido un referente brit pop y con cierta ingenuidad. Pop y sofisticación rigieron a un Jarvis Cocker bailongo y cabal sobre el escenario Estrella Damm, el principal del Festival, que se empeñaba en orquestar a todo el mundo (banda y público) con sus dones de caballero. Bloc Party cerrarían la noche con un directo divertidísimo y la retahíla de hits que cabía esperar de ellos.
Día 3. Sábado. Después de pasar por el saloncito Myspace y disfrutar de nuestros artistas patrios más púberes (Boat Beam, Antonna, Hola a Todo el mundo...) era hora de acercarse a echar un ojo a unos supervivientes: The Jayhawks. Los americanos hicieron las delicias de sus seguidores y de quienes simplemente pasaban por allí para maravillar con su country rock y sus juegos de voces. Casi no llegamos a ver a Herman Dune, el dúo parisino de hermanísimos que un buen día decide hacer friky folk americano. Era hora ya para el genio canadiense. Neil Young se colocaba la guitarra para demostrar al mundo quien era el jefe. La fiera tocó sin parpadear para tanto público como podía caber en el escenario más grande. Down by the river, Old man o Heart of gold fueron algunos de los temas que nos erizaron la piel. Barcelona entera se arremolinaba alrededor del viejo Young, que se dejó la voz para cumplir y vaya si lo hizo.
Luego aparecieron unos Deerhunter correctísimos en un concierto en el que no faltaron hits de siempre y temas de su recién editado último disco, Microcastle. Antes de que acabaran los de Atlanta, eran apreciables los ríos de gente que se acercaban al escenario principal para formar parte de la historia de la música con un concierto de rock impoluto como pocos aunque no tocaran éxitos. Los protagonistas: Sonic Youth, responsables junto a Neil Young de que el sábado no se pudiera caminar por el Fórum. El año que viene más, pero ¿mejor?
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