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Madness, un pequeño gran clásico en concierto
Con diez personas sobre el escenario, teclado e instrumentos de viento incluidos y una elegancia inglesa que dejaba intuir cierto hooliganismo maduro, descargaron nada más empezar con el mítico One Step Beyond preparando a la sala para un concierto emotivo y bien realizado.
Con suma elegancia y tablas, desgranaron Shut Up y algunos temas melódicos recientes que nos hacían presagiar algo bastante tranquilo, sobre todo después de que el vocalista Suggs anunciara que iba a dedicar un tema a las mujeres. De repente sonó una versión de My Girl que empezaba solo con voz y piano para luego transformarse en el mítico tema. Un puntazo que nos dio lugar a una increíble versión del Chase the Devil del jamaicano Max Romeo (aquella que popularizó Prodigy en Out of Space). Acto seguido sonaron unos cuantos temas nuevos que si bien no suenan a clásicos, no desentonaron.
Pero lo grande vino en el sprint final en el que subieron enteros con House of Fun, Baggy Trousers y los comerciales pero no menos brillantes Our House o It must be love. Después de esta eclosión de hits: dos bises en los que no faltaron Night Boat to Cairo, Madness y un último bis de instrumentales con una genial versión ska de El Cascanueces.
Algunas personas se sintieron decepcionadas al no oír Michael Caine o haber gastado una suma considerable de dinero por solo una hora y cuarto de concierto, pero como bien dice el dicho: "Los mejores perfumes siempre vienen en envases pequeños". Concentrado y en fin, una pequeña joya que nos deja la sensación de haber visto otro pequeño clásico en concierto.