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Franz Ferdinand, NIN o The Hives, los grandes pelotazos del Paredes de Coura
Peaches y The Hives se lanzaron con decisión a un espectáculo soberbio el pasado fin de semana en el norte de Portugal
Había ganas del jueves. Ansiosos esperábamos la algarabía de Franz Ferdinand que confirmaron ser un grupo de concierto y aún más de festival. Pero además a dolor. Fueron los últimos de la noche y el norte de Portugal y media ciudad de Vigo se rindieron a ellos al desgranar su nuevo disco, Tonight: Franz Ferdinand. Junto a él, una escueta pero importante retahíla de los hits de siempre: los imprescindibles Take me out, Michael o This Fire, y voilá: los de Kapranos consiguieron poner a 19.000 personas a mover el culo. Antes pasó por el escenario Supergrass dando algo parecido a un espectáculo. No estuvieron brillantes, pero eso no desanimó a Nick McCarthy (guitarrista de Franz Ferdinand) para contemplarlos absorto y emocionado desde la zona VIP. "¿A qué son estupendos?" nos decía. A la mayoría de los mortales solo nos parecieron correctos y casi cada alma festivalera echó en falta su tema estrella, Pumping on your stereo.
El lado más experimental de este segundo día de festival venía a presentar a dos de las bandas del momento: sin lugar a dudas, The Horrors y The Pains of Being Pure At Heart. Los primeros, por su brillante oscurantismo, por su rock envolvente y por el carisma de sus miembros, tres tíos con pitillos y un aspecto ciertamente horrible pero encantador. Los amantes del porte noise se lucieron principalmente con cortes de su último trabajo, Primary Colours. Los segundos, americanos, se caracterizaron por enarbolar la bandera del rock en estado puro.
Viernes. La noche fue de una bella dama de 50 años que respondía al nombre de Peaches. Reina y señora del "súperalo si puedes", desconocemos si contaba con una buena cantera de fans antes de su espectáculo pero es más que probable que saliera de Portugal con bastantes más. Venía a presentar su último trabajo, I feel Cream y no solo lo dio a conocer al público sino que se presentó ella misma como una completa showwoman, una artistaza inserta en un circo de pop, electrónica, colores y bailarines. Puso de moda encaramarse a uno de los laterales de barras metálicas del escenario; algo que luego (culo veo, culo deseo) repitieron Jarvis y Pelle Almqvist de The Hives. Antes, sorprendieron un par de dos llamados Blood Red Shoes, que con sus guitarras frenéticas y vibrantes distorsiones consiguieron al menos, que la gente dejara de preguntar su nombre para terminar por retenerlo en la memoria. Los americanos Nine Inch Nails cerraron la noche del viernes entre una gran pandilla de seguidores a dolor. Miles de camisetas negras con el logo de la banda de rock industrial más conocida sobre la faz de la tierra se echaban a la ladera de lo que conocemos por anfiteatro natural para retener cada momento de ese histórico concierto. Estuvieron soberbios, íntegros y entregados a su legión de incondicionales.
Sábado. El último día de festival estuvo cargado de frío y Glam. Los españoles The Right Ones se salieron a eso de las 20:30 en uno de sus directos con más cera. Gustaron muchísimo Howling Bells y la gracia británica de su cantante. Llegaba el turno para Jarvis Cocker. Ese señor orquesta que comenzó chapurreando unas frases en portugués y no tardó en hacerse con la gente. Borracho como iba, somos capaces de perdonarle algún exceso. Además, siendo quien es, por mí como si hace piruetas en vez de cantar. Se pulió enterito su último trabajo, Further Complications y se merendó muy al principio los mejores temas del disco. Sin duda, Jarvis Cocker abrió boca para el huracán Hives. Desde Suecia con amor, frenesí y rock rock rock, Pelle Almqvist and Co se calzaron sus trajes y sobre ellos unos monos blancos que no se dignaron a quitarse, como hacen otras veces. Hicieron bailar hasta el apuntador y nos regalaron bastantes de sus éxitos. Un final vibrante para uno de los festivales más vibrantes de la península.