Análisis de Tomb Raider Edición Definitiva
Lara Croft re-estrena en PlayStation 4 y Xbox One
La reaparición de Lara Croft en el panorama consolero de 2013 puso a crítica y público de acuerdo en la espera de un futuro más que prometedor para una franquicia que hace bien poco parecía olvidada.
Una reinterpretación conceptual, que buscaba cimentar su base con ojos en la acción de Naughty Dog y una nueva visión del personaje y de su historia; consiguieron situar a Tomb Raider entre nuestros favoritos del pasado 2013. Parece comprensible que Crystal Dynamics, tras tan arroyador éxito, no quiera perder el empuje mediático que todavía colea y aproveche la potencia de una nueva generación para presentar el mismo producto revisado gráficamente.
La misma historia absorbente, una mecánica de juego impecable que trabaja bajo los términos de Uncharted y las mismas posibilidades de mejora del personaje que enriquecen muchísimo la partida e invitan a entrar de nuevo tras haber llegado al final. No cambia nada en el paquete de la edición definitiva de Tomb Raider, más allá de la inclusión del contenido descargable que recibiera el original en su día (una pequeña extensión para un jugador y varios paquetes de mapas para el multijugador), la versión digital del libro de arte y unos videos en plan making of. Echad un vistazo al video-análisis del juego original para situaros.
El verdadero cambio llega única y exclusivamente en el apartado gráfico. PS4 y Xbox One han sido la herramienta perfecta para hacernos llegar la visión más cuidada de Tomb Raider, por encima incluso de la versión PC en modo “Ultra”, como véis, no hablamos de cuatro texturas dejadas caer.
Para empezar, Lara ha sido completamente revisada. Su aspecto es infinitamente más realista. Una cara mucho más atractiva con una mirada viva, la piel y la manera en que responde a la iluminación, el movimiento del pelo, el efecto de la suciedad y la humedad en la ropa... El personaje y todo lo que puede afectar a su estado físico se ha puesto de nuevo sobre la mesa para lograr la visión más creíble posible.
Por supuesto, el trabajo ha llegado al entorno de igual manera. Sólo los primeros minutos de juego en la isla consiguen que entendamos que una edición definitiva es una buena idea. Cualquier parámetro que pongamos a juicio queda justificado; la frondosidad del follaje, el movimiento de los arbustos a vuestro paso, el agua, el efecto de las olas y la cantidad de gaviotas que vuelan en el horizonte; todo en pantalla genera ese efecto wow que promueve esta nueva edición...
Pero es que a partir de ahí la cosa no hace más que crecer exponencialmente, no porque el trabajo se haya distribuido mal, sino porque el entorno crece con el desarrollo de la historia. Los que hayáis jugado sabréis de qué hablo; no quiero chafar sorpresas; pero los castillos en llamas y los templos sometidos a tormentas de arena impresionantes aparecen con el tiempo y el hardware de la presente generación juega un papel extraordinario en todo momento.
En nuestras manos se ha puesto la versión de Playstation 4; impecable. Como decimos, el aspecto del juego supera el de la versión PC. Los compatibles trabajan mejorando la versión PS3/360 al máximo (texturas, framerate...), pero repetimos que esta definitiva no sólo mejora lo existente valiéndose del nuevo hardware, ha sido revisada tramo por tramo y eso la sitúa claramente por encima.
No hemos tenido la opción de jugar en Xbox One todavía. Hasta donde sabemos, ambas versiones funcionan a 1080p de forma nativa, pero al parecer la tasa de frames en PS4 es más alta y sólida que la que ofrece la consola de Microsoft. Ambos son una muy buena opción, pero la tasa de frames es algo que deberíais tener muy en cuenta a estas alturas. Echad un vistazo a esta comparativa en video de ambas versiones y podréis ver la diferencia que existe entre ambas tasas de frames.
Sin duda, tenéis nuestra más enérgica recomendación para comprar este Tomb Raider Edición Definitiva, excelente para nuevos jugadores y muy recomendable para aquellos que lo disfrutaron en su momento y quieran mejorar la experiencia.
