"¿Si soy suplente en el partido, me debo de duchar?"
Alan Lillo recoge la sabiduría humana que brota en los foros de Internet.
La inteligencia humana no conoce límites: ni por arriba ni por abajo. Los más ilustres son reconocidos con premios Nobel, dan nombre a calles y plazas y salen hasta en los sellos. Pero, ¿qué pasa con esos seres anónimos que tiene ocurrencias únicas? Para ellos está Alan Lillo.
Y la semana pasada, más creaciones: ¿cuánta veces hay que tocarse para quedarse ciego? Se aceptan apuestas.












