Donna Paulsen, la mujer perfecta
No encontraréis una mujer tan cañón, tan lista y con tanto carácter
Pelirroja, de mirada seductora, de curvas imposibles, de andares estratosféricos, de una altura exacta y de un físico imponente. Así es Donna Paulsen a primera vista. ¿Espectacular, no? Pues eso es sólo el principio, la fachada. Por dentro, aún más.
Estamos hablando de la mujer perfecta. La mujer ante la cual los hombres o caen rendidos a sus pies o, si cometen la temeridad de enfrentarse a ella… terminan trasquilados y recogiendo su honor de hombres hecho pedacitos.
Es Donna Paulsen , secretaria de uno de los mejores abogados de Nueva York. Se mueve como nadie en ese mundillo de los tiburones de traje y corbata. No necesita pisar un juzgado para ser vital en la resolución de los casos que gana su jefe. Por eso, su jefe, el chulito e inteligente Harvey Specter daría una mano o las dos por tenerla a su lado.
Donna es de esas mujeres con las que uno quiere estar dentro de 10 años. Eso le pasó a Harvey que llegó a decir que mejor que pensar dónde estaría dentro de una década, era pensar con quién estaría: con Donna.
La clave de esta implacable mujer es su carácter. Una mezcla perfecta entre afabilidad, seducción y contundencia: Donna no se anda con chiquitas, dice las cosas a la cara, pero lo dice de tal manera que es imposible rebatirle, te deja planchado.
Un carácter en el que por encima de todo está la lealtad y la amistad. Lo que esta mujer diez –en todos los sentidos- no perdona es la traición a su confianza. Donna es capaz de darlo todo por un amigo, de arriesgarse sin preguntar… La confianza y la lealtad son sus señas de identidad y lo que realmente le dan ese punto de mujer perfecta.
Donna Paulsen sólo tiene un problema, pequeño, pero problema al fin y al cabo… Donna no es real, es un personaje de la serie Suits al que da vida la actriz Sarah Rafferty. ¡Vaya chasco, eh! Bueno, no es para tanto. En la vida real nos encontramos con chicas que, aun teniendo muchos fallos e imperfecciones, a su modo son mujeres perfectas.