Leiva, un rockero de campo

Leiva es un rockero de alma. Podía haber sido futbolista, de hecho, su nombre artístico viene de ese deporte, pero acabó en la música, otra de sus grandes pasiones. Aunque muchos piensan que puede ser un urbanita convencido por esas gafas perennes o esos pitillos ajustados, es más campestre de lo que pudiera parecer.

Adora pasar tiempo en espacios naturales, y su perro Jagger y su furgoneta son amigos inseparables. Y si hablamos de amigos, en la música tiene muchos. Hoy descubrimos algunos números que han marcado su vida.

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El pasado 30 de abril Leiva cumplió 34 años. Nació en 1980 en Madrid y ha pasado toda su vida en el barrio de Alameda de Osuna, donde vive su familia y donde se ha comprado su casa. Un ático sin excesos pero marcado por la gran personalidad del cantante que se respira en cada rincón. Allí ha montado su estudio en el que pasa días y noches componiendo y grabando.

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Que sepamos ha pasado por cinco grupos diferentes, aunque no sería extraño que hubiera alguno más. Empezó de adolescente en Malahierba y estuvo con ellos desde los 14 a los 18. En esos inicios no cantaba ni tocaba la guitarra sino que manejaba los palos de la batería.

Luego llegó Pereza, su gran proyecto, o, por lo menos, el que le ha dado más popularidad. En 1999 con Rubén pozo y Tuli empezó a hacer versiones de Leño y a componer sus primeras canciones propias.

También está One Hit Wonders, una banda de versiones que formó con Xoel López.

No es su único proyecto de covers. También forma parte de Hot Legs junto a Carlos Tarque, Rubén Pozo y Sara La Rubia.

Y por si fuera poco, creó junto a Quique González, Autopista. Aunque ya habían colaborado el uno con el otro este era su proyecto común. Está claro que Leiva es un músico inquieto al que le gusta compartir su pasión con otros colegas. También le hemos visto salir de gira con Loquillo y Ariel Rot.

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En el disco de Pereza, Los amigos de los animales, dejaron claro que son queridos y admirados por otros músicos. Hasta 16 de ellos participaron en este disco de colaboraciones. Bunbury, Amaral, Pastora, Carlos Tarque, Iván Ferreiro, Sidonie o Coque Malla, entre otros, se pusieron en sus manos.

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A Leiva le apasiona la música y eso se nota porque no sólo se centra en sus canciones sino que intenta echar una mano donde puede e investigar nuevos campos. Su hermano pequeño, Juancho, también se dedica a lo mismo. Él forma parte de Sidecars, un grupo que poco a poco se ha ido ganando un hueco, todavía modesto, pero ahí están. Los dos están muy unidos, de hecho, viven juntos y comparten gira porque Juancho es parte de la Leiband. Y como el mayor siempre tiene más experiencia, Leiva ha producido 2 de los discos del grupo.

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Seguimos con el 2 porque también, ese, es el número de los temas que compartió con Joaquín Sabina en el disco Vinagre y rosas (2009). Leiva compuso, arregló, cantó y produjo. Una de las canciones, Tiramisú de limón, fue la que el jienense eligió como primer single. Además, Leiva produjo también otros dos temas para el musical basado en la vida de Sabina.

2

No hay dos sin tres, así que, no cambiamos de número porque 2 son los inseparables de Leiva. Por un lado, su Volkswagen de 1972 en blanco y naranja, que compró a un tío en Cantabria y que le ha dejado tirado tantas veces que seguro que ha perdido la cuenta. Aun así no la abandona, con ella recorre Pirineos o va a la Sierra de Gredos donde tiene una casa. El otro inseparable es su perro Jagger, un compañero de vida y de profesión, porque, sí, el perro canta blues.

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El pasado mes de abril Leiva agotó entradas para 4 noches en La Rivera, en Madrid. Una prueba de que hay muchas ganas de escucharle en solitario. Hasta ahora tiene dos álbumes publicados, Diciembre y Pólvora, dos obras muy intimistas con las que el músico nos ha mostrado su interior. Ese mostrarse sin reparos lo han apreciado muchos. De hecho 23 de las 24 fechas que anunció en un principio agotó entradas en pocos minutos.

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Le gusta el cine y se confiesa admirador de series como Los Soprano. Y al cine le gusta él, o por lo menos a Achero Mañas que en 2010 le escogió para encargarse de la banda sonora de Todo lo que tú quieras. Optó por música minimalista, muy cruda pero sin caer en el melodrama que para eso ya estaba la historia, un padre que tiene que hacerse cargo de su hija pequeña tras la muerte de su mujer.

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Terminamos con el aspecto sentimental. Se le conocen dos noviazgos muy mediáticos. Michelle Jenner y Leiva se conocieron grabando el tema ¿Dónde estás? Para un disco benéfico y de ahí surgió una relación que se alagó dos años. En 2012 la actriz dijo adiós y destrozó el corazón del rockero que, por muy rockero que sea no está hecho de piedra. Pasó el duelo componiendo y muchos creen que Eme, una de las canciones de su primer disco en solitario, tiene mucho que ver con esta relación.

Antes, había salido con Alba Molina. Se conocieron en Santiago de Compostela mientras esperaban el momento de actuar en una gala de TVE. Estuvieron un tiempo juntos, e incluso, protagonizaron una sesión de fotos desnudos para la revista Rolling Stone.