Los Gremlins cumplen 30 años
Gizmo y sus colegas se mantienen frescos como el primer día
Hace 30 años se estrenaba una de las comedias de ‘terror’ que más fans han ido acumulando alrededor del globo. La fantástica película de 1984, Gremlins, contaba como un inventor de Nueva York se ve desesperado el día de Navidad para encontrar un regalo para su hijo Billy, al final dará con una pequeña tienda en el barrio de Chinatown en Nueva York en el que el nieto del Sr. Wing le venderá un Mogway, una criatura cuyo nombre significa ‘espíritu maligno’ en cantonés.
¿Pero cómo iban a imaginar que esa criatura de adorable apariencia iba a causar semejante caos en el estado de Nueva York? Antes de abandonar la tienda tendrán que tener en cuenta tres, aparentemente, sencillos consejos que bajo ningún concepto podrán saltarse:
- El Mogwai no soporta luces brillantes ni tampoco la del sol, ya que puede matarlo.
- El bichejo no puede beber agua ni mojarse.
- Nunca debe comer después de la medianoche.
Billy tendrá en cuenta esos consejos y le pondrá de nombre a su mogway Gizmo. Gizmo es bueno e intenta no liarla demasiado pero una serie de desdichas acabarán sembrando el caos cerca de Manhattan y llenando la ciudad de indeseables y gamberras criaturas que, más que miedo, lo que provocan son risas en el espectador.
Steven Spielberg vio el filón en estos peluches que al mojarse se convierten en terribles monstruitos y se lanzó a producir la película, que en un primer momento dirigió Joe Dante. El guión es del mago del cine infantil Chris Columbus, quien ha trabajado después en producciones como Solo en Casa o Harry Potter. Tal fue el éxito de la película que en 1990 se estrenaba Gremlins 2: La Nueva Generación, donde las criaturas tenían todavía más mala baba y peores ideas en un edificio de oficinas de Nueva York.
La repercusión de la película en los cines fue tan grande que podría considerarse que inició una nueve corriente dentro del cine de los 80, la del cine de monstruos. Al retortero de Gremlins llegaría después la más adulta y obscena Critters, que se estrenó en 1986 con escenas mucho más violentas y contenido no apropiado para los más jóvenes.