En el cementerio con Bunbury y los inmortales

El director Alexis Morante, personaje de confianza del zaragozano y quien ya se había encargado de darle vida a "Despierta", fue el responsable de la grabación del último videoclip de ese universo musical bunburysta titulado Palosanto. En uno de los últimos viajes a Mexico se aprovechó un escenario excepcional y absolutamente real para dar rienda suelta a uno de los mejores temas del disco. Y la estética no pudo ser más acertada.

LOS INMORTALES ESTÁN BAJO TIERRA Y SUS CENIZAS SE PERDERÁN, COMO TODO LO DEMÁS, SIN DEJAR HUELLA

Con semejante letra no es de extrañar que ni a Bunbury ni a Alexis Morantes se les pasase por la cabeza que debían hacer "un falso directo" en pleno camposanto. Para ello eligieron el cementerio más famoso de Guadalajara, situado en el Estado mexicano de Jalisco. El Panteón de Belén, también conocido como Cementerio de Santa Paula, fue pensado para ser un lugar de entierro para pobres en tiempos en que la viruela y otras enfermedades hacían mella en la ciudad. Pero este camposanto terminó siendo el cementerio de los ilustres jaliscienses del siglo XIX y por ello cuenta con algunas de las mejores sepulturas del país. De hecho fue declarado Tesoro Arquitectónico Nacional y hoy día es uno de los cementerios más visitados de todo México. Son apreciadas las esculturas y ornamentación de tumbas y mausoleos, aunque a muchos de los personajes más célebres los trasladaran ya empezado el siglo XX.

Sin más presencia que la de los músicos, cámaras y el propio cineasta algecireño, Alexis Morante, sonó en plena madrugada y riguroso directo un tema que Bunbury estaba deseoso de grabar en uno de sus rincones predilectos de Guadalajara. Era el mes de febrero y estaba en la ciudad para dar un concierto, lo que aprovechó para rodar en el Panteón de Belén. A posteriori no faltó la polémica puesto que se había obtenido el permiso del Alcalde de Guadalajara pero no del Instituto Nacional de Arqueología, quienes alegaron debían haber sido informados.

Una historia truculenta en el cementerio

Mucho antes del rodaje, en realidad un siglo antes de que Bunbury pusiera sus pies en camposanto, nació una curiosa historia vestida de leyenda en el Panteón de Belén. Uno de los estudiantes de Medicina que se encontraban en el Hospital Civil, de donde procedían precisamente muchas de las personas enterradas aquí, se apostó con sus colegas que se colaría por la noche en el cementerio y clavaría un clavo en la pared para demostrar su valor. Y así lo hizo, fue a poner un clavo en plena madrugada y sintió como unas manos invisibles le agarraron por la espalda. A la mañana siguiente apareció colgado de su capa sostenida por el clavo que él mismo había traído. Despertó pero nunca recuperó la cordura, el terror de lo sucedido aquella noche le acompañaría para siempre...

Sin duda la relación de México con la muerte, a la cual santifica y genera una fiesta a todo color cada primero de noviembre, es una de las pasiones de Enrique Bunbury en el sentido de la celebración propiamente dicha. Él mismo ha tirado en ocasiones de la iconografía propia de estos lugares y estamos convencidos de que en el Panteón de Belén cumplió un sueño que llevaba rondando su cabeza desde hacía mucho tiempo.

El resultado ya lo estamos pudiendo disfrutar. Veremos con qué nos sorprende el zaragozano en la próxima ocasión...

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