Nace Alfred Hitchcock

Alfred Hitchcock nació en Londres, hijo de tenderos católicos, el 13 de agosto de 1899 y llegó al cine de la manera menos previsible: a la muerte de su padre tuvo que dejar la escuela para ponerse a trabajar y el trabajo que encontró fue como rotulista de diálogos y explicaciones de escenas de películas mudas. No tardó en apasionarse por la magia del cine y a dar sus primeros pasos en el montaje. Más adelante dejó la moviola para debutar como guionista y ayudante de dirección. Tras un primer trabajo como director “Número 13” frustrado por problemas económicos, obtiene su primer éxito con la coproducción anglo-germana “El jardín de la alegría”. Le cupo el honor de dirigir en 1929 la primera película sonora del cine británico, “La muchacha de Londres”, a la que seguirían títulos míticos como “Asesinato”, la primera versión de “El hombre que sabía demasiado” o “39 escalones”. Estaba claro que la industria británica se había quedado pequeña para un genio como el suyo y que el salto a Hollywood era cuestión de tiempo. El momento llegó en 1939 de la mano del productor David Selznik que le encargó la adaptación de la novela “Rebeca” que optó a once oscars. La guerra no interrumpe la carrera de Hitchcock que cuyo prestigio crece a la misma velocidad que su peso. En 1942, después de la muerte de su madre, decide cuidarse y pierde 40 de sus 135 kilos de peso. Sus siguientes títulos, “Encadenados” y “Recuerda” tienen a Ingrid Bergman como protagonista. Fue su primera “rubia misteriosa” pero le dejo por Rossellini. Hitchcock encontró entonces a Grace Kelly con la que haría “La ventana indiscreta”, “Crimen perfecto” y “atrapa a un ladrón”. Pero cometió el error de rodar en Montecarlo donde Grace Kelly conoció al príncipe Rainiero. Es el hombre de moda en la segunda mitad de los cincuenta y su producción de extiende a la TV para la que rueda una serie de relatos cortos escritos en su mayoría por su compatriota Roald Dahl y que le vale un Globo de Oro. En el cine rueda “Vértigo”, “Con la muerte en los talones” y “Psicosis”, ya en 1960. Con “Los pájaros” y “Marnie la ladrona”, Hitchcock alcanza su cénit para sentir el rechazo de la crítica en “Cortina rasgada” y “Topaz”. Vuelve a ser el Hitchcock de siempre con “Frenesí” y cierra su carrera con “La trama”. Sus últimos años los vive rodeado de premios y alabanzas, aunque el más importante, el reconocimiento del público, lo tuvo siempre porque pasarán décadas desde su muerte, el 29 de abril de 1980, y el público seguirá recordando títulos y escenas de la obra de este inglés feo y eternamente serio empeñado en firmar con su presencia la mayor parte de sus películas.