Especial
Diego Martínez, el nuevo poli guapo de la tele
Entrevistamos al actor que nos habla del rodaje de la serie Rabia y nos cuenta algunos secretos de él
Será el nuevo poli buenorro de la tele. Quizá no es aún un rostro demasiado popular entre los telespectadores de televisión, aunque Diego Martínez ha trabajado en series como Amar es para siempre en tv-movies como El Clavo de Oro o en películas como Despedida de Soltero.
Habrá quien lea esta entrevista y quiera saber si Diego está soltero o no… Pues yo no se lo pregunté. Lo siento.
Con Diego hablamos de su nuevo proyecto, la serie de Mediaset Rabia (aún no se sabe si se estrenerá en Telecinco o Cuatro) en la que comparte reparto con Carles Francino, Patricia Vico, Elisa Mouliaá, Adriana Ozores y en la que tendrá que dar vida a un poli de esos que hace que muchas chicas quieran ser detenidas y llevadas a comisaría. Su personaje se llama Santa,un inspector listo, guapo y fuerte, es un tipo duro con poca paciencia. Santa está Separado y con un hijo de dos años, es un líder nato acostumbrado al éxito en lo profesional y a disfrutar la vida en lo personal.
Diego dice que no guarda muchas semejanzas con su personaje de Rabia. Sí que tiene ese punto de ambición, aunque de una forma más humilde. Diego habla con mucho sentido común, sin poses y sin fingimientos. Un chico como él que deja a su familia en Burgos para ir a Madrid a vivir solo, en busca de un sueño por el que lleva peleando desde hace 8 años, no necesita ese tipo de tonterías.
Ahora, con Rabia, se le presenta una gran oportunidad. Seguro que no la desaprovecha. Su carácter, como su físico, es fuerte: no se rinde. Lo podréis conocer mejor gracias a estas cosas que me contó a mí en la entrevista.
- Cuando dije en casa que quería ser actor fue bien recibido. En mi casa es: "quieres esto, pues adelante"
- Todo el mundo sabe que la vida del actor es difícil, mucho vaivén… Hay que conocerla. Incluso yo digo: "si llego a saber todo lo que hay detrás…" [ríe]
- El primer año que me vine a Madrid lo recuerdo como algo totalmente maravilloso, aquí en Madrid puedes salir cualquier día [risas]. Luego pasa el tiempo y te vas dando cuenta: Madrid tiene muchas cosas, pero también tiene mucha gente muy preparada. Ahí es dónde se produce el choque: no va a ser tan fácil como esperaba.
- Puedes tener tus ambiciones, pero siempre tienes que saber hasta dónde. No puedes ir corriendo por el mundo y con los ojos cerrados. Soy ambicioso, sí. Eso te lleva a veces a darte de bruces con situaciones que no esperabas, con retos… Es la vida real
- Un reto importante como actor fue actuar para niños. La primera vez que me lo propusieron, lo hice y me pareció un reto bonito y entrañable. Es un público diferente del que tienes que estar muy atento
- Lo que nos fastidia a los actores es que para ser escogidos en un casting existen muchos factores que se escapan a nuestro control
- A los castings tienes que ir con la convicción de que has hecho todo lo que estaba en tu mano. Al final funcionarán las cosas
- He aprendido que hay que tener paciencia y muchas tragaderas: no agobiarse, saber gestionar el tiempo (a veces esperas semanas a que llegue el resultado de una prueba o un proyecto se cae, de repente). Son muchas emociones que, a veces, no son favorables. Y trabajo duro; esto no solo es ponerse delante de una cámara.
- Si la gente te reconoce por la calle y es por culpa del trabajo, bienvenido sea… aunque no es la parte que me gusta de este trabajo. Hay que lidiar con ello igual que a hablar con la prensa y a hacer un montón de cosas que no estás acostumbrado a hacer. Hay que ir adaptándose a ello.
- Ahora me han apretado un poco las tuercas con el tema del físico. El personaje en Rabia tiene que estar en forma y he estado unos meses preparándome. Cuando era pequeño estaba gordote, ahora como un montón de filetes y brócoli[ríe]. Hombre, hay que dedicarle cada día un poquito, a mí ¡me ha costado horrores!
- Me he llevado decepciones cuando se han caído proyectos por no ser conocido (hay veces que la productora apuesta por ti pero la cadena prefiere a una cara más conocida) o estando ya todo planeado para empezar a grabar. Esto pasa y quizá la decepción no fue tanto la noticia como el momento en el que vino.
- Las dudas siempre están, aunque estés trabajando. Me esfuerzo por tener la mente clara: saber que ahora estoy en Rabia, pero que dentro de unos años puedo estar en las mismas. Es algo que debes ir gestionando. ¿Miedos? Todos los tenemos, pero cada uno lo gestiona como puede.
- Mirando al futuro, no pido grandes cosas: me gustaría vivir de mi trabajo, de esto. Para un actor como yo, esto sería cojonudo. Obviamente, sueñas con proyectos importantes, con producciones extranjeras… Pero prefiero centrarme en lo que creo que tengo que estar.