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Análisis: Broken Sword 5
El retorno de los Point’n’Click
Los del '83, como yo, recordarán con mucho, mucho cariño aventuras gráficas como Indiana Jones Fate of Atlantis, Day of the Tentacle, Monkey Island; esos juegos tranquilos en los que un ratón y un cerebro eran más que suficiente para desarrollar la aventura. Con la llegada de Playstation (la original) llegó a nuestros hogares Broken Sword, una aventura del mismo palo pero que cautivaba por su estilo artístico, más propio de una peli de dibujos animados, y por su tinte detectivesco.
Hoy, años después de que el último Broken Sword viera la luz en la Nintendo Wii original, y fruto de un exitosa campaña de Kickstarter, llega Broken Sword 5. Esta quinta entrega en exclusiva para las consolas de última generación (y PC, claro) llega sin pretender cambiar nada de la fórmula original
La aventura comienza en Paris, George y Nico (los protas de siempre) se encuentran en una tranquila galería de la ciudad francesa contemplando una nueva exposición. La fatalidad no tarda en llegar cuando un motorista irrumpe en la exhibión y asesina al dueño de la galería en el robo de un cuadro no especialmente valioso llamado: "La Maledicció". A partir de ahí, George, agente de seguros de la galería, inicia la investigación de ese robo/asesinato; y ya se sabe en este tipo de juegos, cuando tiras del hilo empiezan a salir cosas que no esperas, conoces gente de la que desconfías, etc, etc...
El funcionamiento del juego recupera el espíritu casi perdido de los point'n'click de toda la vida, sustituyendo el clásico ratón por el stick analógico de vuestro mando (algo más incómodo, pero igualmente funcional). Vuestro inventario irá creciendo, guardaréis en el bolsillo ítems aparentemente inservibles: un palito para las orejas, una caja de cerillas que encierra una cucaracha, un cortaúñas... y lo conservaréis hasta que veáis el momento oportuno para usarlo. Habrá puzles que permitan combinar varios de esos objetos y como son situaciones muy específicas, tendréis que encontrar la combinación exacta para que todo funcione (que no siempre será fácil de sacar).
Las conversaciones tendrán igual importancia; tendréis la capacidad de dirigir el tono de muchas de ellas; agresivo o cuidadoso, mentir o decir la verdad, aunque no cambie significativamente el resultado de las mismas. Por regla general, el juego dirigirá la aventura de forma casi lineal, no os permitirá abandonar ciertas situaciones si no habéis sacado toda la información necesaria de ellas; cosa que deberíamos agradecer porque de otro modo la aventura podría convertirse en algo soporífero e interminable.
Artísticamente, Broken Sword 5 es una gozada, sobre todo la parte clásica. Los escenarios son dibujos en dos dimensiones estáticos que, como mucho, sacan algo de profundidad valiéndose del efecto "parallax" que separa planos usando movimiento en el espacio bidimensional. Pintados digitalmente con muchísimo gusto, identificaremos casi sin necesidad de pasar el puntero por encima, qué partes del escenario tienen más o menos interés. Quizás echamos en falta algo de movimiento interactivo en los mismos, nubes moviéndose, algo de tráfico, viento... cualquier cosa habría valido para darles más vida.
Los personajes han sido modelados en 3D, pero pintados con tintas planas en plan Cel-Shading, por lo que empastan a la perfección con el corte clásico de los decorados, aunque su movimiento resulta algo lento y en ocasiones pelín antinatural. Y, quizás con la falta de capital como responsable, echamos en falta escenas de video tras los descubrimientos principales que hilen la historia y aporten algo de dinamismo a un estilo de juego tan pausado. Es decir, tenemos un juego correcto a nivel artístico, pero que con unos cuantos "miles" extra habría sido una auténtica maravilla.
No obstante, salvando esos pequeños apuntes constructivos que Kickstarter ha fijado como barreras, el resultado de todo este cocktail es un viaje en el tiempo que os hará recordar tiempos mejores (o pasados, pero cualquier tiempo pasado fue mejor, ya sabéis). Una aventura como las de antes puesta a punto con respeto y elegancia, sin necesidad de perderse en mejoras tecnológicas innecesarias. Si disfrutaste de Broken Sword en su día, o de cualquiera de sus secuelas, tienes nuestra más sincera recomendación para hacerte con esta quinta entrega.