La triste infancia de Cara Delevingne

Una madre heroinómana y una depresión marcaron su infancia y adolescencia

Cara Delevingne tiene 22 años y la imagen que muchos tienen de ella es la de una joven modelo, amiga de las celebs, que se pasa el día de fiesta en fiesta disfrutando de lujos, viajes y las mieles del éxito. Aunque parece que vive una vida de cuento en la que todo son sonrisas no siempre fue así y su vida esconde también un pasado más oscuro y triste.

Su madre, Pandora, era una adicta a la heroína y eso marcó su infancia y adolescencia. “Mi infancia fue bastante triste. Mi madre luchó contra su adicción a la heroína durante años y ahora está escribiendo sus memorias. De niña sufría mucho porque no podía pasar demasiado tiempo con ella y cuando tenía 15 años padecí una gran depresión”, ha explicado a OK! Magazine, “el colegio era una pesadilla para mí y la vida me parecía horrible. Fue entonces cuando descubrí que la interpretación era lo único que me hacía sentir viva”.

Aunque muchos todavía la catalogan como modelo, en realidad, ella se encuentra más cómoda con la actuación. Hace unas semanas estrenaba Ciudades de papel y la veremos en breve en Pan y El escuadrón suicida.

Ha aprendido a vivir su vida al margen de las críticas, “creo que estar pendiente de todo lo que dices en público es una pérdida de tiempo y una manera horrible de vivir porque te limita mucho. Conozco a mucha gente que se preocupa mucho por lo que dice o hace, y que intenta decir sólo lo que el público quiere oír. Yo no puedo vivir de esa manera. Mi único límite está en lo que cuento sobre mi vida privada. Sé que algo de lo que pueda decir porque estoy cansada o porque quiera ser graciosa puede meterme en líos, y entonces la gente pensará que puede juzgarme. Pero sigo pensando que me es más fácil ser yo misma para poder decir que así es como soy yo”.