Especial
Analizamos Destiny: El rey de los poseídos
La nueva expansión del shooter nos pone los pelos como Scorpions
Destiny recibe la primera gran expansión para comenzar su segundo año con buen pie, y aquí vamos a ver si por fin el juego ha llegado a lo que prometía en un principio, después de contar con uno de los presupuestos más grandes de la historia de los videojuegos. Bungie ya había lanzado 2 DLCs a lo largo del primer año (La profunda oscuridad en diciembre y La casa de los Lobos en mayo), pero con el Rey de los Poseídos se apunta más alto, convirtiendo en obsoleto la práctica totalidad de lo que los jugadores han logrado hasta ahora. En este artículo vamos a repasar las razones más importantes por las que puede merecer la pena desembolsar el coste de la expansión.
Más historia, más horas...
Una de las mayores decepciones en la salida del juego original fue la historia (la falta de ella claro está). Un hilo argumental muy manido (el guardián resucitado que debe salvar lo poco que queda de la humanidad), guion sin sorpresas o giros, nula relevancia de los personajes no jugables, los cuales tampoco encontramos en gran cantidad, y un final bastante descafeinado.
Mucho ha cambiado a mejor en este apartado, en Bungie han tomado nota y han dotado al juego de un nuevo aire. En esta expansión se introducen nuevos personajes para la causa, algunos con gran carisma, y también se ha dotado a los que estaban de convidados de piedra con unas cuantas líneas de dialogo. Lo que antes nos llegaba en mensaje por el comunicador ahora son escenas de video donde los personajes interactúan, dando una nueva dimensión al juego.
El Dreadnaught
Después de un año rondando por los mismos escenarios (Tierra, Luna, Venus y Marte) nos llega un nuevo mapa para explorar. El Dreadnaught o Acorazado es la nave de Oryx, el mismísimo Rey de los Poseídos que da nombre a la expansión, que no quedó muy contento con lo que le hicimos a su hijo Crota en el primer DLC y viene buscando venganza. El Acorazado es gigantesco, con decenas de secretos por descubrir y en él se acabará desplazando la acción principal de la expansión, con misiones, asaltos y la esperada nueva incursión, La caída del Rey.
Esta última representará el mayor desafío para vuestras escuadras de 6 jugadores, necesitareis habilidad y compenetración, amén de un buen nivel de equipo de vuestros personajes. En Bungie declaran que es la mayor incursión hasta la fecha, tanto en longitud como a nivel de puzles a superar, así que nos esperan horas y horas de entretenimiento para revelar todos sus misterios.
Nuevo equipamiento
Como suele pasar en los juegos que reciben grandes expansiones, el límite del nivel que podíamos alcanzar se ha aumentado. Hasta ahora nuestro tope era el nivel 34, pero con el Rey de los Poseídos se ha aumentado hasta el nivel 40, y el sistema de Luz que se usaba para determinarlo ha sufrido un lavado de cara. Antes necesitábamos que nos cayeran las mejores piezas de armadura de las incursiones para mejorar nuestro nivel; eso ha cambiado, ahora se pueda llegar al nivel 40 sólo a base de conseguir experiencia en misiones (como tiene que ser). A partir de ahí, para hacernos más poderosos, necesitaremos que el nivel de Luz del equipo que llevemos sea lo más alto posible, lo que nos permitirá ir completando misiones de más dificultad con posibilidades de victoria.
Aquí entra todo el nuevo catálogo de armas, armaduras, objetos de clase y hasta skins para nuestro fantasma, el robot que nos acompaña desde el primer día, que ahora también contribuye al nivel global de Luz que tengamos. Al haber subido el nivel total y como decíamos al principio, el equipo que llevemos encima servirá durante los primeros minutos, hasta que veamos que cualquier pistola o fusil que encontremos tirados mejore nuestros legendarios y excepcionales de primer año, con lo que tristemente tengamos que decirles adiós en pos de equiparnos al máximo otra vez.
Nuevos asaltos
No sólo de incursiones vive el hombre, aparte de las nuevas misiones de historia y de La caída del Rey nos encontramos con nuevos asaltos, misiones más largas de lo normal para escuadras de 3 personas, con sus propios jefes finales. En PS4 contamos con 4 nuevos asaltos, mientras que a Xbox One llegan esos 4 más varios que eran exclusivos en PS4 durante el primer año, así que los usuarios de Microsoft por fin disfrutarán de ellos. A esto se suman varios cambios en algunos de los antiguos, puestos que nuevos enemigos de esta expansión (los poseídos a los que alude el título) se han desperdigado por ellos, trayendo nuevas estrategias de ataque que habrá que superar.
Nuevas subclases
Dejamos para el final una de las novedades más atractivas que nos trae la expansión, una tercera subclase para cada una de las 3 clases principales. Tanto el Hechicero, el Cazador y el Titán tienen una nueva forma de machacar a sus enemigos. El Hechicero se convierte en un ser de energía que lanza rayos por las manos, el Cazador crea un arco de energía de vacío que encadena a los enemigos y los hiere, y el Titán crea martillos de energía solar que lanza a los enemigos causando destrozos. Estas nuevas subclases poseen su árbol de desarrollo como las antiguas, y dotan al juego de más posibilidades.
Más y mejor; el juego que siempre quisimos...
Como conclusión diremos que Destiny es un juego distinto al que salió hace un año, la mejora de los DLCs y de esta expansión es más que evidente. Bungie ha hecho caso a su público y le ha dado al juego lo que necesitaba. La falta de contenido y consiguiente repetición lastraba la diversión, pero podemos decir que Destiny es ahora el juego que prometió que iba ser en su lanzamiento, y que El Rey de los poseídos es más que una buena compra, una inversión que os va a dar cientos de horas de juego adicionales, y que nos hace pensar que Destiny sólo puede ir hacia arriba a lo largo de este segundo año. Nos vemos en el espacio, guardianes.