Especial
¿Cenas familiares complicadillas estas Navidad?
Silvia Olmedo nos da algunos consejos para no morir en el intento
Que las reuniones familiares son caldo de cultivo para tener encontronazos es un hecho durante todo el año pero parece que la palma se la lleva la Navidad. ¿Qué pasa? ¿Problemas sin resolver? ¿No nos podemos ni ver? ¿Demasiados días de vacaciones? ¿Demasiada gente?
Es normal que surjan roces cuando se convive por unos días y no se está acostumbrado o cuando la presión de las compras, atascos y preparación de reuniones familiares disparan el estrés. Pero no me refiero a esto. Me refiero a quien se plantea la Navidad en familia como la oportunidad de expandir a todos su negatividad o incluso su ira, consiguiendo que el resto enfrente la Navidad como una pesadilla. Las personas tóxicas no descansan nunca, y menos en Navidad.
¿Navidad y discusiones de pareja?
Cuidado, precisamente por pasar más tiempo libre juntos, las vacaciones son el período crítico si tenéis problemas sin resolver. Piénsalo antes de caer en la tentación de dar rienda suelta a los reproches. ¿Qué tal una conversación tranquila sobre vuestra relación y añadir el mejorarla a los propósitos de Año Nuevo?
¿Navidad y familia política?
Puede que no dependa solo de vosotros. Si la pareja es persona non grata para la familia política y aun así cedéis a la reunión anual por mantener la paz y no declarar la guerra, si los demás no tienen el mismo planteamiento, os lo pueden hacer pasar muy mal.
Si la cosa se va de madre… reflexiona y plantéate por qué repites esto cada año. Rompe con esto y planea una Navidad alternativa. Si no te respetan, ¿merece la pena que hagas el esfuerzo de viajar, dejar tu casa o dedicarle a otros tu tiempo?
¿No sabes por dónde te van a venir pero sabes que te vendrán?
Sí, puede que para ti sea inexplicable el origen de la pelea de todos los años, pero mientras la CIA se encarga de descifrarlo, mejor practica el Autocontrol para no entrar al trapo. No puedes evitar que otro dispare pero sí tu respuesta.
Tips para neutralizar las balas:
#1. Pon Música. La música modifica nuestro estado de ánimo, si quieres tranquilidad, música tranquila.
#2. Pensamiento positivo. Si te sientas a la mesa esperando un ataque, será más probable que saltes a la mínima. ¡Espíritu ZEN! Cuando escuches "Ahora que estamos todos reunidos voy a aprovechar para...", ¡relax!, respira y no te pongas tenso, seguro que es para agradecer, felicitar o brindar.
#3. Maniobras de distracción. El cambio de tema en momentos críticos funciona. Prepárate un repertorio y ten en cuenta los temas que no se deben sacar: orientación sexual de tu primo (si es el único heterosexual de la mesa, dejadlo en paz), divorcio de tu hermana, cociente intelectual de la novia de tu hermano (que abre la boca y mete la pata 3 veces por minuto) y claro está orientación política y religiosa. No juzgar a nadie y crítica ¡ni la constructiva!, otro día.
#4. No te justifiques. Si te disparan a ti, no le des el gustazo a quien lo intente contigo y recuerda que para hacerse el tonto hay que ser muy listo. Piensa que hay gente impertinente y ¡ya!
*** Artículo de Silvia Olmedo, psicóloga, experta en divulgación y escritora. Puedes seguirla en Facebook, Twitter e Instagram.