El curioso caso de los famosos de GH VIP que no son famosos

Empezó la cuarta edición de Gran Hermano VIP y, después de ver la primera gala, un sentimiento de vacio recorre el alma de todo amante de los realities. De convencional fue hasta aburrida porque los concursantes, además de afirmar todos que entran para que España los conozca como realmente son, todos se mostraron sobreactuadísimos.

Lógicamente, entre tanto personaje dispuesto a convertirse en la excéntrica estrella de esta edición, alguna sonrisa provoca… aunque sea de compasión.

Y en ese desfile por la alfombra roja de Mediaset, como si se tratase de estrellas recién llegadas de Hollywood, no cabía menos que pararse a pensar: ¿pero por qué entra este tipejo a Gran Hermano VIP? ¿Qué tiene de VIP?

Obviamente, no podemos exigir que un reality no pervierta el concepto general de VIP que todos conocemos. Hemos aceptado pulpo como animal de compañía y entendemos que por VIP nos referimos a famosos vinculados al mundo de la televisión.

El atractivo de un reality en el que concursan famosos es que son personas cuyos rostros nos son familiares, de las que conocemos parte de su vida, de su entorno y con las que, gracias al programa, asistimos a su día a día pudiendo acceder a su lado más privado y saber cómo son realmente de una manera más aproximada.

Bajo estas circunstancias, el apelativo VIP en televisión cobra un sentido especial y es lógico que este programa se acerque un tipo de público que, de normal, no suele seguir ningún reality. El componente del famoso metido en una casa -o en una isla- vigilado las 24 horas del día por cámaras y en convivencia con otros famosos resulta interesante.

¿Pero qué clase de famosos son aquellos que cuando coinciden dentro de la casa se tienen que presentar unos a otros porque ninguno tiene ni pajolera idea de quién es su compañero de concurso? Esto es lo que pasó con varios de los participantes en esta cuarta edición de Gran Hermano VIP y que, como en la anterior, el famosete vinculado al universo Sálvame o Mujeres y Hombres y Viceversa; es decir, el anónimo que solo resulta conocido para un pequeño sector del público.

Repasando el casting de GH VIP 4, uno se topa con hijos de colabores de programas de Telecinco, con hijos de parejas de los colaboradores, con amigos de hijas de copleras, con exconcursantes de Gran Hermano… Vamos, que encontrar a Julius, cocinero estrella del Canal Cocina -un canal de pago con una audiencia residual- puede considerarse motivo de júbilo y celebración; en comparación con otros habitantes de la casa, él es toda una celebridad mediática. Con eso, uno se puede hacer una idea de lo nada VIP que es el casting de este Gran Hermano con famosos.

Y es que, en este Gran Hermano VIP se produce ese curioso fenómeno de famosos que no lo son, aunque la cadena nos intente persuadir de todo lo contrario tratándolos como tal. Evidentemente, el caché de la mayoría de estos concursantes es infinitamente inferior que el que tendría ese personaje de sobra conocido por cualquier ciudadano, sea espectador o no de realities o de esa cadena.

Para considerar famosos a los concursantes de GH VIP 4 -salvo algunas excepciones- hay que ser tener el carnet de abonado a Sálvame. A partir de ahí, lógicamente, todos resultarán más o menos conocidos y su convivencia desprenderá un interés que para el resto del público ahora no tiene.

Afianza esta tesis el hecho de que Telecinco anuncie como "noticia bomba" la visita para este domingo de Kiko Hernández a la casa, que no entrará a concursar. Otro más de Sálvame para convertir GH VIP en una segunda habitación del espacio que presenta Jorge Javier Vázquez.

Así que o los Carlos Lozano, Rappel, Nicolás y demás famosos convencionales se ponen en el centro del foco, o esta edición de Gran Hermano VIP solo va a interesar a los fans incondicionales del reality show telecinquero y de Sálvame que, visto lo visto, lo podríamos considerar el mejor reality de la televisión española.