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Beyoncé reina en la Super Bowl y le roba el protagonismo a Coldplay
Y eso que estuvo a punto de caerse de culo ante 130 millones de personas
Ganaron Los Broncos de Denver pero su victoria, fuera de Estados Unidos, pasa casi como algo anecdótico porque de lo que más se habla es del intermedio de la Super Bowl 50. Espectacular trío de ases que compartió escenario y que, finalmente, no contó con Rihanna. Se pretendía batir records de audiencia y llegar a los 130 millones de espectadores y, eso convierte al evento en uno de los más importantes del año, sino el que más.
Este año, el honor de cantar el himno de Estados Unidos se lo concedieron a Lady Gaga que parece que ha abandonado las excentricidades de otros tiempos para anteponer su interpretación a cualquier otra cosa. Apareció en escena ataviada con un traje de pantalón y chaqueta de rojo brillante a juego con su maquillaje, pero hasta ahí su puesta en escena. Bastó su voz para emocionar tanto a público como a algún que otro jugador. La ganadora de un Globo de Oro y nominada a un Oscar dejó claro por qué merece tanto premio.
Pero el grueso musical de la velada llegó en el esperado intermedio. Unos minutos intensos y aprovechados al máximo que comenzaron con la aparición en el escenario de Coldplay, el cabeza de cartel que repasó algunos de sus grandes temas como Viva la vida, Paradise, Adventure of a lifetime o Fix you. Todo entre un gran colorido, flores naturales y mucha gente sobre el escenario.
Pero había más, de hecho, Beyoncé logró robar el protagonismo al grupo británico con su aparición. Llegó vestida con la intención de hacer un claro homenaje a Michael Jackson y su actuación en la Super Bowl de 1993. Primer punto, pero hubo más. Presentó el tema que había lanzado por sorpresa un día antes, Formation, una apuesta por el hip hop para denunciar las recientes tensiones en Estados Unidos entre la Policía y la comunidad afroamericana. Un tono reivindicativo que ya se ve en el vídeo que evoca la tragedia del huracán Katrina que arrasó buena parte de Nueva Orleans en 2005 y que se puede ver en la plataforma de streaming de su marido.
Durante su actuación, en la que le acompañaba todo un ejército de bailarines, Beyoncé sufrió un traspiés que casi consiguió que se cayera de culo. Pero cuando una coreografía se ha ensayado hasta la saciedad y una está llena de talento, un paso de más basta como solución para evitar la tragedia. Eso sí, no pudo evitar que se hablara, y mucho, del incidente.
Tras el debut en directo de su nueva canción compartió escenario con Bruno Mars, de riguroso negro, como ella que, con Mark Ronson a los platos, dieron una nueva dimensión a Uptown Funk. Dos veteranos en esto de la Super Bowl que dominaron el escenario e hicieron disfrutar a millones de personas con su interpretación.
Pero ahí no terminó la cosa porque la unión hace la fuerza y se unió a ellos Coldplay para finalizar la fiesta musical de la noche con Up&Up. Todo un éxito de intermedio.
Una unión que no sólo se vivió en el escenario sino también entre el público. A Chris Martin le estuvo apoyando su ex, Gwyneth Paltrow, que acudió con sus dos hijos Apple y Moses que no querían perderse la actuación de su padre. E hicieron buenas migas con la hija de Beyoncé, Blue Ivy que fue de la mano de Apple.
No sólo la familia estuvo muy pendiente, como era de esperar, el mundo celebritie vivió a tope esta jornada en la que cada uno tenía claro con quién iba. Los Beckham, Alicia Keys, Kate Hudson o Adriana Lima fueron algunos de los que compartieron en redes cómo estaban viviendo el evento.
Ahora ya toca pensar en la Super Bowl 2017 porque un evento de estas características necesita mucha preparación. Ya hay apuestas.