Especial
Drew Barrymore se divorcia y se va de vinos
Parece que eso de ‘a la tercera va la vencida’ no va con ella
Drew Barrymore no está hecha para el matrimonio. No es que lo digamos nosotros, es lo que parece tras anunciar su tercer divorcio. Tras pasar tres años casada con el actor Will Kopelman y tener dos hijos en común, la actriz ha puesto punto final a su relación. La prensa norteamericana especula con los motivos. Aseguran que él quería vivir en Nueva York mientras que ella prefería Los Ángeles, ¿no puede el amor solucionar estos temas? Parece ser que no.
Tras el anuncio, Barrymore se marchó de vinos y no pensemos mal, que no es que haya vuelto a viejas adicciones. Simplemente, como buena empresaria del sector que es, estuvo presente en el Pebble Beach Food & Wine de Carmel, en California. Recordemos que ella tiene sus propias bodegas y ha hecho de esta bebida un negocio.
Lo curioso de este vídeo en el que la vemos repartir vino no es que diga que “entra muy bien por la garganta” sino que todavía lleva puesto su anillo de casada. ¿Será que la ruptura no es definitiva o que necesita más tiempo para hacerse a la idea?
De llevarse a cabo, sería el tercer divorcio para Barrymore. Se casó por primera vez en 1994 cuando tenía sólo 19 años y conoció al propietario de un bar. Lo suyo no duró más de dos meses. Poco más duró con su segundo marido, el actor Tom Green con el que se casó en 2001.
Parecía haber encontrado la estabilidad junto a Kopelman pero no ha funcionado. En una entrevista con Popsugar aseguró que “de alguna manera sabía que mi vida estaba encaminándose hacia una nueva dirección. Llamé a alguien en quien realmente confío. Le pregunté, ‘¿qué me aconsejas?’ y él me dijo, ‘simplemente debes poner un pie frente al otro’. Colgué el teléfono y pensé, ‘es por esto que llamo a esta persona’, explicó, ‘quiero hacer justamente eso, poner un pie delante del otro”.
Barrymore ha encontrado la fuerza para seguir adelante en sus pequeñas, “mi misión y la única cosa que me importa ahora mismo es que mis hijas sepan cuanto las amo y que nuestras vidas son como hemos decidido vivirlas. Que ellas sepan que no fueron simplemente queridas, sino amadas. Esa es la única razón por la que estoy aquí ahora mismo”.