Kristen Stewart ya no es un ídolo adolescente
Se ha convertido en musa del cine de autor europeo y pronto empezará a dirigir
Nadie daba un duro por ella cuando se anunció que Kristen Stewart sería la protagonista hace un par de años, junto a Juliette Binoche, de Viaje a Sils Maria (una película de Olivier Assayas). La, en otro tiempo, actriz de franquicias adolescentes no pegaba nada en esta película que cuenta el declive de una importante actriz que se retira a la montaña suiza para preparar la que probablemente sea su última oportunidad de brillar en un papel. Kristen lo consiguió, convenció a la crítica de que podía hacer papeles complicados y con enjundia y la crítica la aplaudió.
La semana pasada fue una de las caras que más vimos en el Festival de Cannes. La norteamericana está más asentada en Francia desde que descubriera el anonimato que le proporciona Europa y los estímulos que suponen los proyectos que le llegan. Está a gusto, tranquila y dedicándose a la actuación en producciones más pequeñas. De nuevo ha trabajado con Assayas en Personal Shopper, que se presentó precisamente en el festival, una historia de la que lo que más ha trascendido es que los fantasmas contactan con ella, la protagonista, mediante whatsapp.
La crítica que esperaba con ansia esta nueva película del director francés y que hizo cola durante horas en el cine donde se proyectaba no ha sido demasiado benévola pero hay que admitir que el proyecto es bastante más arriesgado que otros en los que se ha visto involucrada. Sin hacer demasiado ruido ha ido pidiendo paso, primero con secundarios y luego con protagonistas, en producciones donde prime más el contenido que el continente. Por si esto fuera poco es, junto a Jesse Eisenberg, la protagonista de lo nuevo de Woody Allen que sí ha convencido a la prensa especializada.
Ha sido la hija de Julianne Moore en la durísima Siempre Alice, ha sido la estrella de American Ultra y también de Adventureland. Esos papeles en películas indies estadounidenses le han servido de plataforma para llegar ahora a ser una de las más codiciadas en Europa. Cuando la cuenta corriente está llena, una actriz se puede decantar por papeles más arriesgados, y eso que Stewart sigue apareciendo en superpoducciones (Blancanieves y la Reina de Hielo, por poner un ejemplo).
Kristen deja atrás su pasado como chica de Crepúsculo, su relación adolescente (que parece, con la distancia, más promovida por publicistas que otra cosa) con Robert Pattinson y su eterna cara de mal humor. Ahora, incluso, se plantea empezar a dirigir y se estrenará con un corto, Water, que forma parte de una iniciativa en la que 12 mujeres regirán cortometrajes para dar visibilidad a las chicas en Hollywood. El primero de ellos, Kitty, es obra de Chloë Sevigny y se pudo ver en el mencionado Festival de Cannes.