Análisis de Dirt Rally
Uno como los de antes
Con lo "arcade" que se había vuelto Dirt y la gente de Codemasters ha decidido volver a los orígenes del género. ¿Os acordáis de los juegos de Rally clásicos de Playstation? Sí, hablo de Colin McRae Rally, esos en los que tocabas una piedra del lateral y se te iba el coche por el barranco... Pues bien, Codemasters ha buscado recuperar el espíritu del buen simulador de Rallies y parece que lo han traído de vuelta a la presente generación.
Aquí lo de conducir con el acelerador pisado "a full" no vale. En la primera curva que no cojas con la trazada y la velocidad adecuadas se te va a ir el coche a donde cristo perdió el gorro y, por supuesto, te va a caer una penalización de 12 segundos que te va a hacer tocar fondo en el ranking.
Dirt Rally es un juegazo de Rally; el motor físico es brutal; el coche pesa y se mueve como si condujéramos en gravilla de verdad (con todo lo que eso puede suponer de cara a caer por el barranco), además, si no conducimos bien los coches se estropean y hay que repararlos entre etapas, con el significativo coste de tiempo que eso va a suponer. Vaya, un simulador de Rally de verdad.
A nivel técnico es una auténtica joya. El apartado visual es excepcional, la siempre gloriosa alta definición nos hace disfrutar de los paisajes más creíbles que hemos visto jamás en un juego de Rally. Pero es que el audio es casi tan importante (o más) que el video aquí. Desde el rugido del motor y las explosiones del tubo de escape, pasando por los quejidos de los frenos hasta, por supuesto, las indicaciones del co-piloto en perfecto castellano. Un apartado sonoro creado para prescindir por completo del hilo musical y centrarse así en el "segundo a segundo" de una carrera de Rally de verdad.
Aquí tenéis una comparativa bonita entre las diferentes versiones, para que veáis el nivel de detalle y, de paso, elijáis versión en caso de que tengáis opción:
Si algo podemos apuntar en la lista de los contras es, quizás, la falta de profundidad en el modo "carrera", pero queda enmendada con la nada modesta oferta de modos de juego alternativos y la acertada selección de vehículos (más de 40) y localizaciones para competir (6 rallies diferentes con un total de 70 pistas diferentes). Así que horas de juego no os van a faltar.
Dirt Rally es muy difícil, pero ahí es donde reside su encanto; la superación del jugador y la necesidad de conseguir apurar los tiempos en las etapas te harán volver y volver. Todo con un envoltorio excepcional y un acabado técnico impecable. ¿Por qué no decirlo? Las comparaciones están para algo: Dirt Rally es el Dark Souls de los juegos de coches.
Si simplemente buscas un juego de coches para matar el rato, es posible que este sea demasiado complejo para ti; pero si te va la simulación y echabas de menos un Rally de verdad, ve abriendo la cartera de par en par porque no vas a poder dejarlo pasar.