Especial
Britney Spears: donde dije digo, digo Glory
Analizamos canción a canción el noveno álbum de la Princesa del Pop
Britney Spears ultima todos los preparativos de cara el inminente lanzamiento de Glory este viernes 26 de agosto. La Princesa del Pop vuelve a la industria de la música tras el flop de Britney Jean y con un claro propósito: reclamar el título que otras homólogas le han intentado robar.
En LOS40 hemos tenido el placer de escuchar el noveno álbum de Britney antes de su lanzamiento a los mercados y analizamos canción a canción este esperadísimo disco que, ya avanzamos, tiene materia prima suficiente para ser uno de los mejores álbumes de toda su carrera.
Britney Spears arranca Glory con un medio tiempo que logra rescatar la fórmula de la balada que había perdido hace tiempo. La voz de Britney es casi un susurro en el estribillo, pero consigue mantenerte enganchado a ese ritmo épico.
¿Qué más se puede decir a estas alturas del primer single de Glory? Los tiempos cambian y a Britney no le ha quedado más remedio que aceptar las nuevas reglas del juego. Make Me… encarna lo mejor del RnB bajo el pop más dulce. Las guitarras eléctricas marcan el ritmo mientras que los sintetizadores al más puro estilo exótico dan el toque contemporáneo tan necesario. Sin embargo, Make Me tiene un PERO y no es el videoclip tan absurdo que acompaña el tema. Escuchando Glory al completo nos cuesta entender por qué la Princesa del Pop ha optado por esta canción como carta de presentación de su noveno álbum.
Single promocional y el tema que da nombre al enésimo perfume de Britney Spears. La canción es arriesgada, pero la producción no termina de acoplarse a la voz “original” de ella. La pieza intenta ser sensual, pero cada vez que la intérprete alza la voz en el estribillo la magia cae y los tímpanos retroceden temerosos de un nuevo grito. En definitiva, un tema prescindible que no hace justicia a la dinámica del disco.
Seguimos con otro medio tiempo que huele a otra época, pero encaja con la tendencia actual de rescatar los sonidos de otras décadas. La canción podría representar perfectamente el proceso de madurez de otro de los grandes trabajos de la cantante, Britney, el tercer álbum de su carrera. Especial mención a los xilófonos que escoltan el estribillo hasta el final de la canción..
Continuamos con uno de los temas que más expectación ha generado. Y es que estamos ante una de las canciones más conseguidas de Glory. La producción está cuidada al milímetro y Britney se desenvuelve a la perfección con una voz elegante, sensual y nada forzada. Just Luv Me sigue los pasos de otros hits como Good for you de Selena Gomez, para demostrar que puede hacer mucho más que simple dance comercial, y los fans ya piden a gritos que sea el segundo single. Con esta as bajo la manga puede gritar bien fuerte lo de… It’s Britney Bitch!
Entramos en terreno dance con otro de los sencillos promocionales de Glory. A pesar de la dudosa calidad del sonido, suponemos que impuesto a propósito, Clumsy es resultona, tiene garra y fuerza, pero encaja más con lo que todo el mundo esperaba de Britney Jean: el sucesor original de Work Bitch.
Y del sucesor de Work Bitch al legado de Blackout. Muchos son los que esperaban que el álbum más oscuro y exitoso de Britney Spears tuviese una cierta presencia en Glory y, para el placer de todos, Do You Wanna Come Over? tiene mucho de #B5. El electro de Blackout, las guitarras más funk y los coros cogen protagonismo en una canción que suena a Artpop de Lady Gaga pero con el sello Britney. La pieza dance definitiva de Glory.
Britney recupera la esencia de mediados de su carrera (el inicio de su madurez musical y su despertar adulto) con todo un ‘autohomenaje’ a sus discos Britney e In The Zone que a sus fans más incondicionales les va a traer más de un buen recuerdo. Un medio tiempo de sonido pop con toques R&B muy propio de principios de los años 2000, y que vuelve de nuevo a primera línea de la industria musical.
Tema semi-acústico que se apoya en un estribillo dance con el toque más personal de Britney. Como resultado, la cantante nos deleita con un hibrido entre country y dance que consigue empastar sorprendentemente.
Si Blackout se hubiese lanzado en los 90, Love Me Down hubiese sido el single perfecto. Glory entra en fase experimental con una canción que logra ponerte a bailar sin intentarlo apenas. Aunque es un buen tema, pasará inadvertido entre otros más inspiradores como Just Luv Me o Liar.
Atentos a esta canción porque reúne, de una forma u otra, a algunas homólogas de Britney Spears. Mientras que el pre-estribillo copia parte de la producción de Ven Conmigo (de Christina Aguilera), el segundo verso homenajea el mismísimo hit de Lady Gaga: Poker Face. Hard to Forget Ya es el placer culpable de Glory y el enésimo himno pop que nos regala Britney Spears. Definitivamente, no encaja con el objetivo del álbum, pero es el antojo grotesco que necesitábamos para saciarnos del todo.
La última canción de la versión estándar arrebata el compás a Bang Bang (de Jessie J con Ariana Grande) y ofrece a una Britney poseída por la desaparecida Duffy. What You Need no tiene la fuerza suficiente para cerrar el disco, pero enlaza a la perfección con la versión deluxe.
Deluxe edition
Britney se deja arrastrar, quizás demasiado, por el sonido 100% actual y los últimos éxitos de la radio. Better convence, pero nos recuerda demasiado a hits que poco a poco comienzan a pecar de intercambiables por el abuso del sonido Major Lazer, Skrillex, Zara Larsson, e incluso lo último de David Guetta. Un sonido que Justin Bieber estandarizó con Purpose y que ahora comienza a pedir a gritos un relevo.
A pesar de su categoría de Bonus Track, Change Your Mind es uno de los temas más ambiciosos de todo el álbum, y sin duda uno de los más sorprendentes. Con toda esa influencia latina y las partes en español, el combo podría ser destructivo. Sin embargo, el tema consigue salir del paso con un resultado admirable y es, probablemente, una de las canciones que más pide a gritos un directo con puesta en escena arrollaodora.
Y llegamos señores a la joya de la corona de Glory. Britney resurge de las cenizas de los 90 con una pieza hecha a su medida que homenajea toda su trayectoria y le otorga de nuevo el título que tanto han querido arrebatarle. Canción imprescindible con madera de single.
Pasamos de lo mejor de Glory a lo peor. If I'm Dancing presume de una producción cuidada, pero es demasiado repetitiva después de tanto medio tiempo, y llega incluso a hacerse algo laga.
Britney Spears cierra Glory interpretando un tema en francés íntegramente. Otro apuesta comprometida que se desliga, no solo de Glory, sino de todo el sonido del que ha fanfarroneada la Princesa del Pop en toda su trayectoria.
Bienvenidos a la Era Gloriosa
Después de escuchar Glory, uno tiene la sensación de que Britney Spears ha querido dar, concienzudamente, un golpe sobre la mesa. Porque señores, Glory es lo que todo fan esperaba y se habían cansado de pedir a gritos. El noveno trabajo discográfico de la cantante recupera el pop más alternativo de In the Zone y lo fusiona con el electro más sugerente de Blackout, sin olvidarse de los sonidos más tribales que dominan el pop actual. Como resultado, un disco maduro que arriesga y apuesta por una evolución en la marca Britney Spears. Que alguien abra pasa porque Britney reclama su corona.
Adriano Moreno
Periodista de LOS40 y autor de ‘Si me dijeras que sí’ y ‘La noche que perdí a la Chica del Pop’. Odio...