Especial
Dragon Ball Xenoverse 2: toca volver a 'arreglar' la historia de Goku y compañía
Por largo tiempo, los juegos de Dragon Ball se centraban en algo tan básico como seguir el hilo argumental de la serie dando al jugador el control del personaje protagonista en cada momento. Acabar con Raditz, Freezer, Célula y Bu era la secuencia básica y siempre ha funcionado de maravilla porque los juegos iban a más en términos técnicos, y esa historia era sólo el pretexto para acabar confrontando decenas de personajes en los modos “versus”.
Eso cambió con Xenoverse. La estructura básica de un videojuego, incluido su menú, se esfumó para crear una especie de mini-mundo abierto con aroma de RPG que hiciera las veces de menú para el personaje que cada uno creara.
Xenoverse 2 repite historia o casi. Towa y Mira fueron los personajes creados para esta saga, y vuelven con la misma faena; se dedican a alterar la línea temporal, esta vez con aliados: Slug, Turles y un Saiyan enmascarado que recuerda a Bardock demasiado.
La primera misión (de historia) del juego nos pide corregir el curso de la batalla entre Gokuh y Raditz (la primera de Z), como es costumbre… A partir de ahí, seguiremos una historia alterada de Dragon Ball Z con el único fin de enderezarla y que todo marche según ocurría en la serie.
Ciertamente, el modo historia de Xenoverse 2 y todas sus derivaciones a misiones secundarias, entrenamientos, etc… son un potente reclamo para cualquier fan de la serie con ganas de invertir tiempo de nuevo en Dragon Ball; una idea original (aunque repite) que ofrece una experiencia diferente a la que marcaron los Budokai/Tenkaichi en su día (aunque es algo que querría volver a ver en esta generación). En su lugar, noS pone en la piel de un personaje ficticio (totalmente falto de personalidad) y nos hace viajar por la historia original ayudando a los protagonistas que todos querríamos controlar. Deja un paladeo agridulce que puede encantar o disgustar pero que, indudablemente, ocupará muchas horas del reloj de cualquier fan.
El principal problema que emerge aquí es que la producción del juego es prácticamente la misma que vimos en el primer Xenoverse. Con todo el respeto, Xenoverse 2 tiene aroma de beta. Y me explico.
El movimiento del personaje por Cotton City (la ciudad que sirve de menú y de punto de interacción con otros jugadores en el juego) es muy tosco, las batallas en combate pueden ir del absoluto espectáculo al despropósito; cuando todo sale bien en los combates el juego brilla como pocos, pero hay muchas situaciones en las que el juego parece fallar; los finales de los combates dejan al enemigo flotando, falta daño en los escenarios, la mezcla de sonido va y viene, sacando efectos a destiempo o manteniéndolos fuera de tiempo y parte de los controles pide extrema precisión para luego poder resolverse todo con combos de un solo botón.
No me entendáis mal, son las batallas que Dimps ha diseñado para Dragon Ball y sabemos que son un auténtico sueño para las nuevas generaciones de fans, pero la falta de evolución en las mismas empieza a acusarse demasiado. Sí, podemos luchar en grupo contra un Ozaru (mono) gigante, pero los controles y la respuesta de los mismos permanece intacta en esencia desde tiempos de PS2.
Técnicamente, Xenoverse 2 cumple, pero funcionar sobre el mismo motor que la primera entrega ha limitado su potencial a términos de la pasada generación. El juego luce exactamente lo mismo que su predecesor, que fue creado con el lanzamiento en PS3 y 360 en mente y, por ello, limitando el potencial de PS4 y Xbox One. Y eso es exactamente lo que ha vuelto a pasar. La falta de evolución está presente en escenarios, personajes y animación; y es algo de lo que no tendríamos que estar hablando.
En resumen, Xenoverse 2 tiene las mismas buenas ideas que su predecesor y, si se me permite, es exactamente el juego que tendría que haber sido aquella primera entrega (sabiendo además que este juego podría haber sido implementado en PS3 y 360). Xenoverse 2 da las cuatro vueltas de tuerca necesarias para convertir aquello en un juego mejor, pero no aporta lo necesario para que los no tan fans adviertan un nuevo atractivo.
Lo de reconducir la historia a su curso y tener una miniciudad para interactuar está bien como excepción, pero un servidor empieza a echar en falta un menú tradicional en el que poder elegir “historia”, “combate”, etc… No me acaba tener que entrar a un pequeño mundo para dirgirme a una tienda y decirle a un robotito que quiero “pegarme contra la máquina” elegiendo a los personajes que me gustan de verdad y no al genérico que me he hecho para participar del universo de Xenoverse.
Si alguna vez vemos Xenoverse 3 (que espero que decidan cambiar de tercio), espero ver la evolución reglamentaria. Más polígonos, mejores texturas, mejores animaciones y mejor respuesta o nuevas mecánicas para el combate (todo ello inexistente aquí).
No obstante, Xenoverse 2 es, de nuevo, una necesidad absoluta para cualquier fan con ganas de pasar tiempo en el universo de Toriyama y volver a quemar horas con transformaciones, fusiones y combates cargados de espectáculo cuando viven su mejor momento. Es largo, de fácil consumo y como tienes toneladas de material para desbloquear os mantendrá ocupados mucho , mucho tiempo. Si sois fans de la serie, como yo, aunque podamos tener reservas, Xenoverse 2 vuelve a ser compra obligada, sólo por los pocos personajes nuevos que nos deja controlar, los cambios que nos hacen querer volver a jugar toda la historia y las horas que vamos a pasar en el modo “versus” confeccionando nuestros propios combates… y, además, tiene la mejor figura de coleccionista que nos haya traido un videojuego jamás.