Lo que hemos aprendido de Leonard Cohen
“La música es como el pan. Es uno de los alimentos indispensables que están a nuestra disposición”.
Leonard Cohen
Jerusalén, 1972. Leonard Cohen, judío, daba su primer concierto en Israel. Quería brillar. Pero, en mitad del recital, dejó de cantar. “No estoy sintiendo las canciones y creo sinceramente que os estoy engañando. Necesito reflexionar sobre esto y, si vuelvo y sigo sin sentir la música, os devolveremos el dinero”. Volvió del camerino minutos después, cogió su guitarra, y las lágrimas cayeron con los primeros acordes de So Long, Marianne. El maestro ya sentía.
Cohen ya era eterno a los 38 años. Hoy se ha ido con 82, dejándonos una de las carreras más longevas y prolíficas de la música.
- 1. Era el maestro del susurro. Nunca fue de multitudes, pero su voz grave, profunda y el estilo literario que imprimía en sus canciones lo convirtieron en una figura imprescindible de la escena folk del Estados Unidos de los 60.
- 2. Supo combinar como nadie sus dos pasiones: la música y la literatura y ha sabido plasmar en sus canciones los ingredientes de los que está hecho el mundo: el amor, el poder y la angustia. Tiene publicados 10 poemarios y 2 novelas. A lo largo de su carrera ha recibido más de 50 premios, entre ellos el Príncipe de Asturias de las Letras en 2011 y ha estado nominado dos veces al Nobel de Literatura.
- 3. Era la elegancia y la seducción personificada. Las dos cualidades las imprimía en su música y en sí mismo, en su traje gris y en su sombrero, que no se quitaba desde los 80, y en la larga lista de amantes que han pasado por su cama. Su affaire con Janis Joplin tiene banda sonora (Chelsea Hotel, 1974):
- 4. Ha sido un superviviente. Superó fuertes episodios de pánico, la adicción al alcohol y a las drogas y la ruina a la que lo abocó su representante y examante, Kelly Lynch. Tuvo que vender su casa y los derechos de sus canciones para poder hacer frente a la deuda.
- 5. Nos dejó grandes enseñanzas. Que la música es como el pan. “Es uno de los alimentos fundamentales que están a nuestra disposición”. Que no puede haber hombres libres, “si las mujeres no lo son”. Que el amor no tiene cura, “pero es la cura de todos los males”; y que la música salva. Superó su depresión con giras, con lápiz y papel y leyendo a Federico García Lorca, su poeta de cabecera. Y después de un retiro espiritual en los 90, resurgió como el Ave Fénix sobre los escenarios.
- 6. Se ha despedido como solo saben hacer los grandes: con música. Hace un mes publicó You want it darker, el disco número 14 de su carrera. El último. Dijo que era su despedida, que veía la muerte cerca y que estaba preparado para irse. Días después, recapacitó. “Pensaba que me iba a morir pronto, pero exageré. Pienso vivir para siempre”.
Lo ha cumplido. Nos quedamos sin el maestro, pero siempre tendremos su música.