Cinco instrumentos que se convirtieron en protagonistas de canciones

Son muchas las canciones que hablan de amor, de desamor, de felicidad, de tristeza... Sin embargo, también hay un buen puñado de ellas dedicadas a los instrumentos musicales, aquellos que, por curiosos, habituales o bien escogidos se han convertido indispenables. Y es que no sólo de guitarras, bajos y percusión viven los grandes de la música.
La guitarra es uno de los instrumentos icónicos en cualquier grupo que se precie, y Radiohead se refirieron en él en uno de sus temas fundamentales. A pesar de la tendencia del disco del que procede, Pablo Honey (1993), no todo en él es desamor. Publicado a principios de los 90, el cinismo y la ironía estaban presentes en muchas de sus letras, como buenos adolescentes indies. De esta manera, tanto en su título como en su letra, se ríen de la fama y el estrellato de los grandes nombres del rock: "Me dejo crecer el pelo, quiero ser Jim Morrison".
Aunque a muchos los primeros acordes de esta canción nos lleven a El exorcista sin remedio, la canción que da título al disco de Mike Oldfield supone mucho más. El disco llegó al número uno rápidamente y permaneció en el podio durante varios meses, cosechó grandes críticas alrededor del mundo e hizo rico a su autor a los veinte años.
LOS40 Classic
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El uso de las campanas tubulares, prácticamente reducidas a las operas y otras creaciones religiosas, volvió a la palestra con esta composición de 1973: la producción se disparó por la demanda de coleccionistas y músicos y comenzó a usarse en composiciones posteriores.
Una de las canciones más elogiadas de la carrera de Rod Stewart, lanzada en 1971, está acompañada principalmente por instrumentos en acústico, lo que la convierte en una de las más representativas del folk y la música popular. Su protagonista indiscutible es la mandolina, un instrumento que a Sweart siempre le sonó “especialmente romántico”. Dio en el clavo, pues la letra habla del amor a una mujer que le acompañó en un invierno muy frío en la frontera americana.
Sin duda, una de las canciones más emotivas que tienen relación con la guitarra es la que le dedica Neil Young. En muchas ocasiones se ha interpretado como una metáfora de la vida y la carrera del propio músico con versos como: "No se la puede culpar por mis errores, sólo hace lo que digo, ha sido un mensajero en tiempos de problemas, de esperanza y temor".
Lanzada en 1073 como salvavidas tras el fracaso del primer disco de Billy Joel, Piano Man habla de cómo trabaja de forma ficticia como pianista en un bar y conoce a varias personas que comparten con él sus fracasos. Es considerada una de las mejores canciones del pop-rock como un canto a aquellos que aman la música y se aferran a ella a pesar de las dificultades de la vida.












